viernes, 1 agosto, 2025

El dólar a 1380 pone en jaque al plan económico

El dólar siguió subiendo este jueves y terminó el mes en 1380 pesos (cotización vendedor Banco Nación). En el acumulado de julio escaló 150 pesos, pero sólo en la jornada de ayer trepó 55 pesos. El gobierno elevó las tasas de interés, anunció una baja de retenciones para el campo, reforzó las intervenciones en dólares futuros y acordó el ingreso de nuevos fondos frescos de organismos internacionales, pero no logró calmar las presiones de devaluación. La presión compradora desbordó todos aquellos diques dada la falta de confianza que a esta altura despierta el plan de Luis Caputo. «Si el dólar llega a tocar el techo de la banda de flotación, nadie espera que el Banco Central tenga dólares para salir a vender y contener el valor», repiten en la plaza cambiaria ahora que ese techo dejó de estar en el horizonte y quedó a tan solo un paso.  

En la economía real también empezó a hacerse sentir el doble impacto: el del aumento del dólar y el alza de las tasas de interés. Una de las principales terminales automotrices decidió, a última hora de la tarde de este jueves, modificar el ajuste del 5,5 por ciento en el valor de ventas comunicado por la mañana a las concesionarias –para ser aplicado desde este viernes– para llevarlo al 9 por ciento. Y no es la única empresa que comenzó a hacer circular nuevas listas de precios este jueves. Por su parte, un reconocido diirigente del sector pyme informó que la tasa que deben pagar las empresas por el financiamiento bancario de corto plazo, vía descubiertos sobre cuenta corriente o descuento de cheques de terceros, pasó del 30 por ciento anual a principios de julio, al 60/70 por ciento esta semana. Cae la actividad, por menores ventas, y el costo de sostener los stocks no vendidos se torna insoportable, se quejó.

Explicando lo inexplicable

El gobierno intentó justificar aumento del tipo de cambio como una cuestión circunstancial, asegurando que los argentinos «tienen que acostumbrarse a que el dólar flote”. Javier Milei responsabilizó, en una entrevista en el streaming Neura, a la vicepresidenta Victoria Villarruel y al Senado por provocar intranquilidad con sanciones de leyes que significaban aumento del gasto público. Luis Caputo, en otro streaming,  Carajo, le imputó la intranquilidad a la proximidad de las elecciones y al temor al «riesgo Kuka». 

El punto que llama la atención en el argumento oficial es la falta de referencia al problema de la falta de reservas y de la fuga de divisas.

A pesar de intentar mostrar tranquilidad, las declaraciones de Caputo dejaron latente el tema que más preocupa al mercado. “Si alguien sube precios porque ve subir el dólar, probablemente termine vendiendo menos”, dijo Caputo. Quienes viven la crisis desde afuera del gobierno, saben que no se trata de cuestiones alternativas sdino que son problemas que se suman: hay recesión, hay aumentos de costos y habrá aumentos de precios.  

El fantasma de la inflación

Un dólar subiendo 14 por ciento en el mes al mismo tiempo que se anuncia una baja de retenciones parece un combo perfecto para reavivar el ritmo de la inflación. Si bien es difícil medir el impacto, en las últimas horas empezaron a circular algunas listas de precios con remarcaciones de hasta 9 por ciento. Es un primer indicio del efecto que genera la volatilidad.

El discurso del gobierno es contradictorio. Por un lado plantea que ahora el dólar flota en la Argentina, y no le preocupa si sube o si baja dentro de la banda cambiaria. Pero por otro lado hace semanas que viene aplicando medidas para intentar contener las expectativas de devaluación, frenar la demanda de dólares e intentar incentivar un nuevo ciclo de bicicleta financiera.

Un ejemplo de las intervenciones que se vienen haciendo está en el mercado de dólar futuro. Las consultoras privadas estiman que el Banco Central, para evitar un salto en las cotizaciones, está vendido en futuros por el equivalente a alrededor de 4800 millones de dólares, una posición muy superior a la que tenía en junio, cuando se ubicaba en 1800 millones.

Mala praxis

Otro ejemplo es el aumento de la tasa de interés para intentar convencer al mercado de mantenerse en deuda en pesos. En una de las últimas licitaciones se ofreció una tasa de interés anual superior al 65 por ciento, cifra que está totalmente desalineada de la inflación que espera el gobierno para los próximos 12 meses y que sólo se explica por el nerviosismo.

No fue la única medida de política monetaria contractiva que se tomó recientemente para intentar contener las presiones en el frente cambiario. También se anunció un incremento de los encajes por segunda vez en el mes y se preció que el encaje de los fondos comunes de inversión de liquidez inmediata (money market) subirá desde el 20 hasta el 40 por ciento, una cifra que inicialmente iba a ser del 30 por ciento.

En el gobierno, pese a tomar medidas que hasta ahora fueron poco efectivas para contener las presiones cambiarias, insisten que su estrategia es la flotación. Y ponen el argumento político como factor para explicar las subas. A las declaraciones de Caputo, se sumaron las explicaciones a última hora del jueves del presidente Milei. “Sabíamos que siendo año electoral, como venía la economía creciendo fuerte, con los salarios reales volando y con la pobreza cayendo, era obvio que nos iban a venir a hacer daño. Nos preparamos para esto, no nos sorprende. Iban a buscar romper, es lo único que tienen”, sostuvo el mandatario en una entrevista.

Sin reservas ni confianza

Sin embargo, en el mercado las presiones cambiarias no se leen como un fenómeno de cobertura por las elecciones, sino que se pone el foco en la falta de reservas internacionales y en una salida de dólares que va en aumento. Por este motivo el anuncio del Fondo Monetario para desembolsar 2000 millones de dólares se percibió como un “nuevo salvavidas” del organismo internacional.

El FMI comunicó a última hora del jueves, luego del salto del dólar de casi 4 por ciento en la jornada, que aprobó un nuevo desembolso para la Argentina que permite reforzar las reservas del Banco Central. La entidad volvió a celebrar las medidas de ultra ajuste que hizo el gobierno, pero volvió a advertir por los riesgos. 

En su reporte dejó en claro que la Argentina no logró cumplir con la meta de reservas internacionales a junio. Y, más allá del recorte fiscal y de avalar para los próximos meses un conjunto de reformas estructurales, planteó que debe acelerarse la acumulación de dólares en el Central. En el mercado especulan que, a pesar de haber enviado nuevos fondos frescos, el organismo considera que el dólar debajo de los 1400 pesos no está en equilibrio y presionará por más subas después de las elecciones.

En la medida que crece la incertidumbre sobre lo que pasará en el último trimestre de este año, los inversores no sólo compran dólares sino que empiezan a mirar con cuidado los activos bursátiles. Las acciones de empresas argentinas en Wall Street anotaron este jueves fuertes caídas. Los ADRs de los bancos lideraron las pérdidas. Supervielle cayó 3,3 por ciento, Galicia y BBVA bajaron 3 por ciento y Macro, 2,9. Por su parte, los bonos en moneda extranjera también volvieron a bajar y marcaron rojos de hasta casi 2 por ciento en la jornada. Algunos títulos en moneda extranjera acumularon pérdidas de hasta casi 15 por ciento en el mes. 

De este modo, el riesgo país terminó julio bien arriba de los 700 puntos. Un nivel que hace inviable que la Argentina vuelva a los mercados de deuda externa.

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