martes, 23 septiembre, 2025

Elecciones en Nueva York: qué significa la boina roja de Curtis Sliwa y por qué siempre la usa?

Curtis Sliwa, candidato republicano a la alcaldía de Nueva York en estas elecciones de 2025 y figura mediática desde la década de 1970, mantiene un sello inconfundible: la boina roja. Este accesorio no es solo parte de su vestimenta, sino un distintivo ligado al nacimiento de una patrulla civil que él mismo fundó.

En agosto pasado, Sliwa, quien encara su segunda candidatura republicana a la alcaldía de Nueva York, compartió en TikTok un fragmento de una entrevista televisiva en la que explicó el valor simbólico de la característica prenda roja. “La uso porque representa a seis Guardian Angels que fueron asesinados en cumplimiento del deber y a otras tres decenas que resultaron gravemente heridos”, dijo.

El significado de la boina roja que usa el candidato republicano Curtis Silwa

En ese sentido, agregó: “Cuando estoy en la calle, tratando con personas sin hogar o con problemas emocionales, lo que me dicen es: ‘¡Curtis!’. Ven la boina roja y saben que pueden acercarse a mí o a los Guardian Angels. Sin ella, ¿cómo sabrían que estamos ahí para ayudarlos?”.

El fundador del movimiento también subrayó que el accesorio se transformó en una seña de identidad global: “Es un símbolo de seguridad y protección que ya es icónico. En 13 países y 130 ciudades, la gente sabe que puede confiar en los hombres y mujeres jóvenes que llevan la boina roja. Ellos arriesgan su vida para protegerte”.

Los Guardian Angels son un grupo de voluntarios que recorre los subtes de Nueva York desde 1979. Según Case Western Reserve University, la iniciativa nació con jóvenes de barrios populares que patrullaban estaciones y calles sin armas, equipados apenas con un entrenamiento en defensa personal y su uniforme inconfundible: una boina y chaqueta roja.

De acuerdo con su sitio oficial, esta organización sin fines de lucro surgió con la misión de promover la seguridad comunitaria y brindar referentes positivos a la juventud. Según ellos, su filosofía se resume en una idea: empoderar a cada persona a través del servicio a los demás. Bajo el lema “Dare to Care” (“Atrévete a preocuparte”, en español), los Guardian Angels impulsan comunidades más fuertes y solidarias mediante acciones voluntarias y locales.

Bajo el lema “Dare to Care”, Guardian Angels promueve comunidades más fuertes a través del voluntariadoInstagram de Curtis Sliwa

Con el tiempo, la red se expandió más allá del subte neoyorquino. Hoy tienen capítulos activos en distintos barrios de Manhattan, Queens, el Bronx y Brooklyn, además de otras ciudades de Estados Unidos como Los Ángeles, San Diego y San Francisco (California), Denver (Colorado), Orlando y Tampa (Florida), Cleveland (Ohio), Chicago (Illinois), Dallas y Houston (Texas), Portland (Oregon), Madison y Milwaukee (Wisconsin) y Washington DC.

La organización también se internacionalizó: está presente en países como República Dominicana, México, Brasil, Reino Unido, España, Suiza, Suecia, Italia, India, Japón —donde cuentan con presencia en 20 ciudades— y Corea del Sur.

El camino de los Guardian Angels estuvo acompañado de polémicas. En 1992, el The New York Times informó que el sindicato de la policía de tránsito de Nueva York planeaba demandar a Sliwa, luego de que el republicano admitiera haber montado rescates en el subte para ganar prensa. Entre ellos, un supuesto secuestro en 1980.

La red de Guardian Angels se expandió por Nueva York, otras ciudades de Estados Unidos y 13 países del mundoInstagram de Curtis Sliwa

En aquel momento, quien era presidente del sindicato, Ron Reale, acusó al dirigente de haber dañado la reputación del cuerpo y lanzó una advertencia: “Debería haber hablado con su abogado antes de reconocerlo”. Sliwa, por su parte, respondió: “Estoy preparado para ir a cada distrito y confesar lo que hice. Si después quieren avanzar con acciones legales, que así sea”.

Aunque reconoció que se trataba de montajes, defendió su valor mediático: “Siento que los incidentes que escenificamos ayudaron a lograr mejoras”. Finalmente, la amenaza judicial no prosperó. El entonces vocero de la policía de tránsito, Al O’Leary, relativizó el asunto y señaló que, una vez comprobado que nadie había sido perjudicado, aceptarían las disculpas de Sliwa para “seguir adelante con un trabajo más productivo”.

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