Por primera vez, un equipo de más de 50 especialistas lleva a cabo un monitoreo integral de microplásticos en sistemas de agua dulce en todo el territorio argentino. Este proyecto, denominado Red MappA (Monitoring and Analysis of Plastic Pollution in Aquatic Environments), es una iniciativa pionera en Sudamérica que busca comprender la presencia, características y distribución de estos contaminantes plásticos. Los resultados se darán a conocer en 2025.
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La Red MappA coordina el relevamiento de microplásticos en 117 sitios distribuidos en 18 provincias de Argentina, cubriendo lagos, embalses, ríos y arroyos que representan una amplia diversidad de ecosistemas. Desde áreas urbanas hasta la Patagonia remota, este proyecto incluye ambientes subtropicales, subantárticos, selvas tropicales y desiertos, abarcando un área total de 2,8 millones de kilómetros cuadrados.
En Córdoba, el «Nodo Córdoba», integrado por investigadoras e investigadores de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y el Conicet, recolectó muestras en 11 sitios que reflejan la diversidad paisajística de la provincia. Entre estos se encuentran el dique San Roque, el río Suquía, el embalse Los Molinos y el dique La Quebrada.
El problema de los microplásticos
Los microplásticos son fragmentos diminutos de plástico, menores a 5 milímetros, que surgen de la degradación de materiales plásticos más grandes o que son producidos directamente en tamaños microscópicos para productos comerciales como pastas dentales y exfoliantes. Se clasifican en primarios, diseñados en estas dimensiones, y secundarios, derivados de la fragmentación de plásticos mayores. Una fuente significativa de microplásticos secundarios es el lavado de ropa, que libera fibras sintéticas a través de las plantas de tratamiento de aguas residuales.
«Las cifras actuales sobre plásticos estremecen: según una publicación de Science Advances, se estima que las emisiones de residuos plásticos al medio ambiente oscilan entre 10 y 40 millones de toneladas al año y que, de mantenerse las condiciones actuales, esta cantidad podría duplicarse para 2040″, indican desde la UNC.
Una metodología estandarizada para el hemisferio sur
El proyecto MappA, coordinado por la especialista María Belén Alfonso desde Kyushu University en Japón, implementa una metodología estandarizada para detectar microplásticos en agua dulce. «La mayoría de los estudios sobre microplásticos en ambientes de agua dulce se centraron en el hemisferio norte, dejando una ausencia significativa de datos sobre el hemisferio sur; de ahí que surge esta necesidad de comenzar por un relevamiento exhaustivo y uniforme», explica Lidwina Bertrand, integrante del equipo.
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En todo el país, las muestras se recolectaron entre diciembre de 2023 y abril de 2024. Actualmente, se encuentran en fase de análisis, y el «Nodo Córdoba» también estudia datos de más de 35 sitios de otras provincias.
Para 2025, se espera construir una base de datos de acceso público que provea información esencial sobre la abundancia, forma, tamaño, color y tipo de microplásticos, así como su relación con factores antropogénicos como el uso del suelo y la proximidad a centros urbanos.