De golpearse contra una cámara a ser una de las figuras más atractivas para la transmisión de tevé. Lo de Maxi Meza fue un giro de prime time. De ésos que únicamente los talentos de élite son capaces de protagonizar. Pero en el caso del revulsivo de River, además, fue una explosión necesaria después de algunos vaivenes propios de su adaptación.
Las métricas de Maxi en Córdoba certificaron por qué Gallardo lo considera valioso en un mediocampo ágil: fue el jugador con más toques en el partido (92), el que más faltas recibió (3), el que más duelos ganó (9 sobre 13), el que más pases dio en campo rival (42), el que más pases completó (62; sólo erró diez), y el que más gambetas completó (tres de cuatro). Asimismo, recuperó ocho pelotas y generó tres situaciones claras. Una de ellas, el remate que precedió al gol de Pablo Solari.
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El golpazo de Meza contra una cámara
“Siempre es importante que el equipo gane, veníamos a una cancha difícil y el grupo respondió aun cuando se nos puso el partido en contra en un momento. En el primer tiempo nos fuimos con un 0-1 un poco injusto, pero es el juego de ellos y lo tienen en claro. Nos agarraron mano a mano… Pero nos supimos levantar y eso habla de nuestro carácter”, resaltó Meza.
“Afuera tenemos jugadores que responden desde el banco”, añadió. “La idea es sumar nueve puntos antes de la fecha FIFA para ir acercándonos y asegurar la clasificación a la Libertadores. Tenemos objetivos claros e importantes”, completó su idea principal quien hizo todo lo posible para venir a River en este mercado. Plantándoseles a los dirigentes de Monterrey -y hasta al propio Martín Demichelis, quien comprendió su deseo- para venir a jugar a Núñez.
Características de un futbolista determinante
Convencido por la versatilidad que le podía brindar dentro de la cancha, Gallardo lo incorporó en su primera semana de trabajo. Aquella en la que funcionó como una especie de CEO, antes de iniciar los trabajos con el grupo. Sin embargo, hasta anoche, Meza no había conseguido sintonizar con la frecuencia colectiva: únicamente ante Atlético Tucumán, en la noche de su primer y único gol en el club, a Maxi se lo había notado conectado con las necesidades de River.
Sin embargo, un fuerte esguince de tobillo se coló en su agenda y le impidió continuar con el proceso de asimilación de ideas: frente a Colo Colo, Meza salió con una lesión articular que lo dejó tres semanas fuera de las canchas. Su vuelta se había dado frente a Vélez, muy pegadito al partido de ida de las semifinales de la Libertadores. Aunque ni en Belo Horizonte ni tampoco en el Monumental había aparecido ese Maxi que tanto deseaba la gente.
Ese que apareció en Córdoba. Mostrándose. Pidiendo la pelota. Generando pases y jugadas de ataque a partir de desmarques. Haciéndose cargo de algunas pelotas paradas (un tiro libre pasó muy cerca del palo derecho de Manuel Roffo). Y demostrando que aquella apuesta que hizo el Muñeco estaba, por cierto, justificada.
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