Los últimos anuncios de la AABE, el organismo que adminitra los bienes del Estado nacional, fueron celebrados por los desarrolladores inmobiliarios que se ilusionan con terrenos baratos para hacer negocios.
El primer anuncio fue el de la subasta de 400 inmuebles que tiene el Estado en todo el país. El segundo, el lanzamiento de un régimen que dependerá de Luis «Toto» Caputo y que le servirá a la Nación para canjear tierras y rutas por las deudas que tiene con las provincias.
Uno de los desarrolladores no sólo no celebró sino que enfureció con ese último anuncio. Fue Darío Wasserman, que paradójicamente controla la AABE.
El vicepresidente del Banco Nación es antes que nada un empresario inmobiliario y aprovechó la ascendencia que logró rápidamente en Karina Milei para ganar espacio en una parte jugosa de La Libertad Avanza.
Además de propiciar el ascenso de su esposa, la legisladora Pilar Ramírez, como jefa del bloque de Karina en la Legislatura porteña, Wasserman metió al presidente de la AABE, Nicolás Pakgojz.
Darío Wasserman, el verdadero poder detrás de Karina Milei que se quiere quedar con la Ciudad
Lo que esperaba Wasserman con el control del organismo no era que las tierras pasaran a ser una moneda de cambio entre los gobernadores y el ministro de Economía. Le caía mejor la primera opción, la de la subasta de tierras ferroviarias para sus colegas del Real Estate.
Las quejas de Wasserman igualmente no podrán llegar muy lejos. Difícilmente Karina avale un choque frontal con Caputo y su jefe político, su primo Santiago.
Por el momento, los desarrolladores están más preocupados por resolver el misterio de la desaparición de un activo importante en los terrenos de Juan B.Justo y Honduras.