Los resultados aún no se conocen. Es más, la elección apenas transcurre sus minutos iniciales, pero en la cabeza de los principales contendientes, Yamandú Orsi, Álvaro Delgado y Andrés Ojeda, la palabra balotaje resuena con una fuerza imponente.
Siendo los dos que se enfrentarán el 24 de noviembre o el tercero que respaldará al candidato coalicionista, los tres políticos saben que los 28 días que los separan de la segunda vuelta serán, en verdad, claves para construir la arena sobre la que se moverá la política los próximos cinco años.
Del lado de Orsi la estrategia ya está definida en gran medida. El discurso de esta noche, que el candidato del Frente Amplio (FA) escribió el viernes, abrirá un periodo en el que el exintendente de Canelones dejará atrás la campaña moderada que lideró para la primera vuelta –una característica que sus opositores vieron como debilidad- y se mostrará más enérgico en sus declaraciones. El plato fuerte será el debate presidencial, pero el tono de campaña mutará en ese sentido.
Como informó Ámbito, la mesa política se reunirá esta semana para hacer los ajustes. Se baraja jugar la carta de anunciar más nombres en ministerios clave, lo que permitirá a figuras del Frente sumarse de una manera activa a la campaña de Orsi como lo ha hecho hasta ahora Gabriel Oddone, el ministro de Economía y Finanzas en un eventual gobierno del FA.
La estrategia es clara: el Frente se mostrará ya listo para gobernar, con los ruidos internos aplacados y ganando tiempo a la coalición multicolor que, si bien pone mucha de su expectativa en el efecto que pueda tener la foto de unidad en la plaza Varela esta noche, aún debe resolver todas las negociaciones entre las distintas fuerzas que la componen.
La tarea no es sencilla. Si bien el Partido Nacional (PN), el Partido Colorado (PC), Cabildo Abierto (CA) y el Partido Independiente (PI) tienen una experiencia en convivencia, el resultado final que anuncie la Corte Electoral esta noche tiene el potencial de sumirlos en un borrón y cuenta nueva.
A eso aspira Ojeda. Ya sea logrando “dar la sorpresa” convirtiéndose en el candidato de la coalición –algo que desde el PN aseguran improbable según los números que manejan desde el inicio de la veda- o bien logrando un equilibrio de fuerzas debido al caudal de voto que espera lograr. “Accionistas igualitarios”, definió el abogado la situación en diálogo con este medio.
Para Delgado, en caso de ser el líder de la coalición, la tarea no será tan sencilla como la tuvo Luis Lacalle Pou con la abultada diferencia que logró frente a Ernesto Talvi. Deberá negociar con un socio ansioso de compartir proporcionalmente el protagonismo, gestionar a otro con el que la relación se resintió en los últimos dos años, me refiero al cabildante Guido Manini Ríos, y evaluar el costo/beneficio de la incorporación de Eduardo Lust a la ecuación.
Pablo Mieres, del Partido Independiente, surge, además, como la persona con la llave para mantener la mayoría coalicionista en el Parlamento. Habrá que esperar para ello al escrutinio.
Los militantes aguardan con expectativa esta noche. Habrá escenarios, hoteles convertidos en comandos, se pronunciarán discursos de triunfo y derrota. Detrás, la maquinaria de la política no descansa y comienza a mover sus fichas con el objetivo puesto en el 24 de noviembre.