Tres integrantes de la familia dueña de Molino Cañuelas pusieron en venta dos famosas marcas de ropa femenina: Vitamina y Uma. Se trata de Regina, Luciano y Mariano Navilli, hijos de Aldo Navilli, fundador de Molino Cañuelas junto con su hermano Adriano.
La decisión fue confirmada a Clarín por parte del grupo, uno de los más grandes del sector agroindustrial del país, que desde 2021 atraviesa un concurso de acreedores con una deuda de US$ 1.260 millones. Sin embargo, el grupo destacó que el emprendimiento es ajeno a Molino Cañuelas, sino un proyecto independiente de los tres hermanos.
“No cierran, pero están en venta por una decisión empresarial”, aclaró el holding propietario de marcas de alimentación como Cañuelas, 9 de Oro, Pureza, Mamá Cocina y Pietro, entre otras.
En medio de la negociación de su concurso, en agosto le efectuó una propuesta unificada de pago a sus acreedores, mejorando la oferta presentada en marzo con el objetivo de avanzar en la reestructuración del pasivo correspondiente a Molino Cañuelas y Compañía Argentina de Granos (CAG), su “pata” agrícola, también concursada.
Según pudo saber Clarín, en el último año y medio, Uma y Vitamina redujeron su presencia en shoppings, dando por terminado el vínculo comercial con varios de ellos. “No performaban de acuerdo a las expectativas y para ellos tampoco era negocio por lo que se entendía que valían los locales que ocupaban”, señaló una fuente del sector.
Otra aportó que al desvincularse su exCEO, Gonzalo Sánchez Zinny −hijo de la dueña de GPS Real Estate− se vislumbró un declive de ambas marcas, a las que, consideró, el grupo ya no le estaba poniendo foco. “Concentraron la venta en el canal mayorista y hoy casi no tienen puntos de venta en shoppings, salvo algún contrato que todavía se mantiene vigente”, sumó.
Según el mapa de sucursales que figuran en su sitio web, actualmente Vitamina tiene tres locales en centros comerciales de la Ciudad de Buenos Aires: Galerías Pacífico, Alto Palermo y Devoto Shopping. Uma quedó solo en este último.
La decisión se enmarca en un panorama complicado que enfrenta el sector textil, con una caída del consumo que afecta a la mayoría de las empresas del rubro, según una encuesta de la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI), que arrojó que el 72% de las compañías registró una disminución en sus ventas en el cuarto trimestre del año, con un descenso del 11% interanual.
Las cifras de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) están en sintonía. El rubro reportó una baja del 5,4% interanual en septiembre, a precios constantes, y una caída del 3,2% en la comparación intermensual.
En relación al Día de la Madre, la fecha comercial última más fuerte para la venta de ropa femenina, la Confederación apuntó que “se compró lo necesario, se observó poca predisposición a adquirir productos fuera de lo urgente y las ofertas tuvieron poco atractivo a pesar de ser muy generosas”.
Aún con precios que duplican y hasta triplican a los de otros países, la ropa se abarató en lo que va del año en términos relativos frente a otros artículos y servicios: según los últimos datos oficiales, las prendas de vestir y el calzado subieron un 166,7% interanual a nivel nacional, por debajo del aumento general del Índice de Precios al Consumidor (IPC), del 236,7% en el mismo período, un factor que complica la estructura financiera de las empresas, argumenta la industria.
Otro factor que agrava la situación es la dificultad para trasladar los costos salariales a los precios finales, de acuerdo a la CIAI, con incrementos derivados de las negociaciones paritarias que no se reflejan completamente en el precio de la ropa. Solo un 7% dijo en el relevamiento haber aumentado en proporción.
Por eso, según la cámara, el 41% de las empresas redujo su plantel de empleados en lo que va del año, a través de retiros, desvinculaciones de personal que no fue reemplazado y anticipo de jubilaciones, además de constantes suspensiones.
SN