A menos de tres semanas de las elecciones 2024 en Estados Unidos, entre la vicepresidenta Kamala Harris y el exmandatario Donald Trump, las encuestas arrojan ciertos indicios respecto a cuál será el resultado en las urnas el próximo 5 de noviembre. El comportamiento de los electores será clave en los siete “estados bisagra”, dentro de los que se encuentra Arizona.
Este grupo de jurisdicciones determinantes está conformado también por Wisconsin, Georgia, Michigan, Carolina del Norte, Pensilvania y Nevada. Al igual que en todos ellos, en Arizona existe una ajustada paridad entre republicanos y demócratas. Por lo tanto, una victoria en las urnas resulta clave, dado que el ganador, aunque se imponga por la mínima diferencia, se lleva los 11 electores de este estado.
Esto es importante debido al sistema electoral indirecto de Estados Unidos, donde los ciudadanos no votan directamente por los candidatos, sino por quiénes integrarán el Colegio Electoral. Como el candidato ganador se queda con la totalidad de los electores de la jurisdicción —aunque gane por tan solo un voto—, los equipos de campaña de Harris y Trump miran con atención los números en estas entidades clave.
La disputa en Arizona está reñida, según los resultados de las últimas encuestas. D acuerdo al promedio elaborado por FiveThirtyEight, Harris cosecha en el estado un apoyo del 46,7%, mientras que Trump tiene un 48,4%, por lo que hay aproximadamente 1,7 puntos porcentuales entre ellos. Se trata de una distancia similar a la que muestra el sondeo publicado por The Hill, que sostiene que la demócrata goza de una media en intención de voto de 47,2% y el republicano, de una de 48,7%.
Sin embargo, ambos sitio destacan cómo el expresidente logró ensanchar la brecha en esta jurisdicción en el último mes. Es que pasó de estar igualado con Kamala en septiembre, con un 47% a imponerse ahora por aproximadamente punto y medio actual.
Incluso hay sondeos que ubican al empresario por encima de la aspirante oficialista por una diferencia de dos puntos. Uno de ellos es Redfield & Wilton Strategies, que en su informe patrocinado por The Telegraph estimó un 48% para él y un 46% para ella. Lo mismo sucede con la encuesta de Trafalgar Group, que publicó los mismos valores.
Algunos estudios anticipan una victoria más abultada de parte de Trump, como The New York Times/Siena College, que señaló una ventaja de hasta seis puntos a favor del republicano (51% vs. 45%). Sin embargo, otros arriesgan un escenario adverso para el expresidente, con un triunfo ajustado para la vicemandataria, como es el caso de Morning Consult, que proyecta un 49% para ella y un 48% para él.
Quién ganó en Arizona en las últimas elecciones presidenciales
La historia reciente muestra una tendencia mucho más favorable para el Partido Republicano que para los demócratas en Arizona. En este estado sureño, solo un liberal ganó desde 2000 en adelante: Joe Biden, precisamente en las últimas elecciones presidenciales de 2020.
Antes, todos aquellos que se impusieron en esta entidad fueron republicanos: en 2000 y 2004 lo hizo George W. Bush; en 2008, John McCain; en 2012, Mitt Romney; y en 2016, Donald Trump. En estos casos, sin embargo, los únicos que se impusieron a nivel nacional y llegaron (o permanecieron) en la Casa Blanca en esos comicios fueron Bush y Trump.
En EE.UU. las elecciones no son directas, sino que se realizan mediante un mecanismo de voto indirecto. Esto quiere decir que los ciudadanos no eligen directamente a sus máximas autoridades, sino a los miembros que su estado aportará al Colegio Electoral, y que luego serán los encargados de votar por el presidente y vicepresidente.
El Colegio Electoral, en tanto, es el intermediario y está compuesto por 538 miembros, también llamados compromisarios o electores. Cada jurisdicción tiene un número de electores definido por la cantidad de senadores y representantes que tiene en el Congreso de EE.UU. Así, en 48 estados y Washington DC, el espacio ganador consigue todos los votos electorales de ese estado, sin importar si se impuso por una mínima diferencia o por un amplio margen. Las excepciones son Maine y Nebraska, que tienen cada uno una variación de representación proporcional.
Aunque son libres de votar a cualquier persona elegible para presidente, siempre se comprometen antes a hacerlo por un candidato específico. Luego definirse la composición del Código Electoral, estos electores eligen al próximo presidente, con una mayoría de al menos 270 votos del total.
LA NACION