Nació en Irlanda, creció en África y vive en México: visitamos a la autora Susana Ordavás

Cuando Susana Ordovás se instaló en México con su familia, no imaginó que la vida le cambiaría tanto. Después de años de publicar sobre política y economía en medios como The London Observer y U.S. Today, la maternidad parecía haberle hecho perder todo encanto. Sin embargo, en medio del movimiento que implicaba la llegada de los hijos y el armado de la casa familiar en México, la periodista se reencontró con su otra pasión: los interiores.

Me gusta mucho rodearme de belleza y de cosas bonitas, necesito estar en entornos que me inspiren y estimulen en todos los sentidos”, asegura Ordavás. Hija de una inglesa y un español, nacida en Irlanda pero criada en África, el bagaje de Susana es de lo más nutrido, algo que probablemente impactó en su mirada y estética. Dispuesta a capitalizar el momento de crisis, Susana aprovechó entonces para estudiar diseño e interiorismo. Con las redes sociales como aliadas, en pocos meses tenía miles de seguidores e iniciaba una nueva etapa profesional.

Imposible de pasar por alto la figura del ganso que va rotando por diferentes rincones. La pantalla de la lámpara la realizó con el mismo diseño del empapelado de Kelly Wearstler.

«He tenido la suerte de vivir en muchos países y eso te abre mucho la cabeza. Hoy no me asusta nada y tengo gran aprecio por estéticas muy distintas.»

Susana Ordavás, dueña de casa

México, mon amour

Hace más de dos décadas que junto a su familia vive en una casa de los años ‘50, en el barrio de Lomas de Chapultepec. Si bien le hicieron diversas reformas, siempre buscó conservar el estilo mid century que le da su carácter. “Hemos ido modificando la casa a nuestro gusto y la disfrutamos mucho. Sobre todo porque trabajo aquí gran parte del día”, asegura. Lejos de los espacios minimalistas que invaden las redes, la de Ordovás es una casa bien a la inglesa en la que estampas, empapelados y colores se combinan sin miedo.

La alfombra creada por Suzanne Sharp para The Rug Company es protagonista en el comedor.

En la pared del comedor, toda una joya: una lámpara de los años 70 que le compró al decorador belga Dirk Jan Kinet, conocido por ser un cazador de tesoros.

“Sé que mis ambientes no son convencionales ni le gustan a todo el mundo, pero son mis ambientes. Lo que importa es que mi familia esté feliz de vivirlos conmigo”, dispara. En su comedor una mesa escandinava se combinó con unas Tulip originales, el clásico moderno de Eero Saarinen. La geometría en la estampa de la alfombra contrasta con el empapelado de Kelly Wearstler.

El enorme sofá curvo es uno de los favoritos de la dueña de casa.

“Me encantan las casas repletas de historia y encanto, no sé si podría vivir en una nueva”

Uno de los ambientes que más se vive es el living, lugar en el que reciben amigos y familia. Siguiendo la estética que proponía la construcción original, Susana apostó por un juego de sillones originales de mitad de siglo que hizo retapizar en terciopelo.

El mantel hecho en India es de Lisa Corti Italia mientras que las ananás de cerámica son una tradición de Michoacán.

Aunque no es una gran cocinera, si una gran anfitriona. Su creatividad y refinamiento a la hora de poner la mesa se sostienen con algunos secretos: los cubiertos antiguos, vajilla de distintos juegos, servilletas de lino XL y objetos únicos que se combinan con flores frescas. “Las flores son lo único que no puede faltar”, asegura.

“Las reglas están para romperse: no todo debe combinar o tener el mismo estilo. Si un objeto te apasiona, vas a encontrar un lugar para ponerlo”

Sobre la cómoda de madera, un jarrón con hojas de helecho. “Amo llenar la casa de hojas y flores cortadas en el momento. No importa qué tan sencillas sean, siempre ayuda a que un espacio se vea más especial”.

El negro es muy enigmático, muy teatral, usándolo en una o dos paredes se resigna algo de luz pero se gana en drama”, asegura la periodista y decoradora. Presentes en varios rincones de la casa, los grabados son parte de una gran colección de láminas de ingeniería, navegación y arquitectura que pertenecía a su abuelo. En la habitación principal, la combinación entre grises y colores ocre que se desprende del empapelado geométrico (Cole and Son) es el gran acierto.

La cama (Casa Palacio) en la misma paleta se combina con ropa de cama, siempre blanca (Zara Home).

África mía

Con el color verde tengo una conexión emocional, me crie en África rodeada de una vegetación indomable. Los estampados con hojas, pájaros y naturaleza son algo que busco sumar siempre en mis espacios”, asegura Susana. Siguiendo esa línea fue que eligió un diseño tropical (Cole and son) para el cuarto de su hija. Para darle nueva vida a un ropero francés, cubrió parte de las puertas con el mismo papel.

Las paredes a tono y textiles de la italiana Lisa Corti completan la apuesta botánica del cuarto.

El único aspecto en el que apuesta a lo sencillo es en la ropa de cama, siempre blanca.Gentileza Susana Ordavás

“Muchas veces la gente coloca adornos por que sí, yo creo que todo tiene que tener un significado, si es emocional mejor aún”

El busto de malaquita pesa 23 kg y ha acompañado a Susana a lo largo de su vida.Gentileza Susana Ordavás

Sobre una vieja mesa escolar se apoya el objeto más querido de Susana: un busto de malaquita. La escultura está tallada en piedra semipreciosa y la compró su padre, cuando vivían en el Congo.

Quizás fue su crianza o su amor por la arquitectura y el diseño, lo cierto es que cuando Susana descubrió las haciendas de Yucatán, lo suyo fue amor a primera vista. Desperdigadas por esta península mexicana, algunas convertidas en grandes hoteles y otras más bien abandonadas, cientos de estancias dan testimonio de un pasado de gloria y riquezas vinculadas al cultivo del henequén (o hilo Sisal por el puerto del que se exportaba).

Una de las imponentes haciendas en la lente de Guido Caroni, el fotógrafo del libro «Inside Yucatan»

“Descubrí unos lugares que dije ¡estoy soñando! No puede existir esto en medio de la selva”

Lo cierto es que la idea de hacer un libro surgió bastante más tarde, durante la pandemia. El fotógrafo italiano Guido Caroni la contactó en ese momento decidido a hacer algo juntos. “Yo sentía que el mundo tenía que conocer esas joyas”, asegura. Así fue que propuso trabajar en este tesoro y así empezaron con Inside Yucatán, el libro que saldrá a la venta en abril próximo.

El clima tropical, la naturaleza y la arquitectura hacen a la magia de estos lugares únicos.

Con influencias tan variadas como Francia, Italia o la cultura maya, estas obras de estilo ecléctico son una fuente de inspiración inagotable para el mundo del diseño, que hoy mira con otros ojos ese pasado colonial. Muebles hechos a mano, estucos a todo color y mosaicos calcáreos son algunos de los elementos que las caracterizan.

Muebles franceses, arquitectura hispánica y mosaicos son parte de la estética de estas haciendas.

“Hoy se ha puesto de moda el incluir artesanías, oficios e ir a las raíces en la búsqueda de un estilo propio. Aplaudo esa tendencia, llevo tiempo animando a los decoradores a que dejen de mirar hacia afuera y empiecen a mirar hacia adentro.”

El libro que hicieron en conjunto saldrá a la venta en abril de este año.

Revista Living

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