La inflación de diciembre golpeó en promedio duramente (-13,2%) a todas las modalidades salariales y provocó que en 2023 los salarios tuvieran una caída de casi el 19% y que se ubicaran un 37% por debajo del nivel de 2017.
En diciembre, según los datos del INDEC, en promedio los asalariados formales e informales – unos 13 millones –tuvieron un aumento promedio del 8,9% versus una inflación del 25,5%. Equivale a una pérdida del poder compra de los trabajadores del 13,2% en tan sólo un mes.
Ese 8,9% se descompone con subas de 11% en el sector privado registrado, 5,5% en el sector público y 7,6% en el sector privado no registrado. Las bajas por el impacto de la inflación en el caso del sector público es de 15,9%, entre los informales 14,3% y los del sector privado 11,5%.
Con estas cifras se acentuó la caída salarial de 2023, cerrando el año con una suba interanual del 152,7% versus una inflación del 211,4%. Representa una pérdida de 18,9%.
En el año se repitió lo que pasó en diciembre: los incrementos en el sector privado registrado fueron del 165,8%, del 148,6% en el sector público y 115,3% en el sector privado no registrado.
Con estos datos, en 6 años, en promedio los salarios perdieron el 36,6% del poder de compra.
La evolución fue la siguiente:
* 2018: Salarios subieron 29,7% y la inflación fue 47,6%.
* 2019: Salarios 40,9%, inflación 53,8%
*2020: Salarios 33,0%, inflación 36,1%.
* 2021: Salarios 53,4%, inflación 50,9%
*2022: Salarios 90,4%, inflación 94,8%
*2023 : Salarios 152,7%, inflación 211,4%.
Se descuenta que en enero prosiguió la caída del salario porque el REM (el relevamiento de expectativas de mercado que realiza el Banco Central) estimó que la inflación rondó 21,9% con salarios que apenas se movieron por aumentos de algunas pocas paritarias y el congelamiento de los salarios del sector público, con el agravante de que no se convocó el mes pasado ni al Consejo del Salario Mínimo ni a la Comisión de Trabajo de Casas Particulares.
La consultora ACM señala que si se analiza “la evolución del salario real en comparación con la inflación en alimentos, uno de los principales componentes en el gasto de consumo, en especial de los trabajadores de menores salarios, la caída del poder de compra salarial en bien superior«.
El Índice de Salarios del INDEC (o del RIPTE de Seguridad Social) es una de las variables que se toma en cuenta para el cálculo de la movilidad previsional junto a la evolución de la recaudación tributaria que va a la Seguridad Social, descontando el incremento del padrón de beneficiarios.
Por eso, en marzo, el aumento de las jubilaciones, pensiones y demás prestaciones de la Seguridad Social – del casi el 30%- va a ubicarse muy por debajo de la inflación porque se consideran la evolución de esas variables de los meses octubre, noviembre y diciembre versus una inflación entre diciembre y febrero del 80%.
En estos 6 años la pérdida de las jubilaciones supera la de los salarios.