Un joven robó dos gansos de los Lagos de Palermo, los metió en su auto y los llevó hasta su casa, donde los puso a nadar en la pileta de un jardín. El insólito y repudiable episodio de maltrato animal fue filmado de forma deliberada y los videos se compartieron en redes sociales.
Las imágenes muestran a un joven de alrededor de 20 años que, aparentemente, había salido de uno de los boliches de la zona y, en complicidad con al menos dos personas más, decidió cometer la cruel acción.
Tal como se ve en un video, primero les tendió una trampa a los dos gansos arrojándole algunas migas de pan en la orilla del lago para que salgan del agua. Una vez que las aves accedieron, en un movimiento brusco y violento, las agarró del cuello y así las trasladó, con total impunidad, hasta la parte trasera de un auto, que estaba estacionado sobre la avenida Sarmiento.
“¡Vamos, vamos!”, gritaba el joven mientras corría con los dos gansos en sus manos que, desesperados, comenzaron a aletear intentando escaparse. En las imágenes se alcanza a ver a un segundo individuo que, en medio de las insólitas risas, se mete rápidamente al auto. El vehículo ya fue identificado.
hombre roba gansos del lago de palermo
En un segundo video publicado por el agresor, de quien por el momento no trascendió la identidad, se ve a los dos gansos nadando en una pileta en el parque de una casa. Ambos videos dan cuenta de una crueldad absoluta.
hombre roba gansos del lago de palermo
La situación resulta cruel no solo por el hecho de haber robado a los gansos de su hábitat sino también por lo peligroso y dañino que resulta para la salud de estas aves acuáticas estar en contacto con agua tratada con cloro.
Los gansos, al estar en contacto con el cloro – un químico utilizado para el mantenimiento del agua por su capacidad desinfectante – pueden sufrir una irritación en la piel, los ojos y las almohadillas de sus patas.
También pueden contraer problemas en sus vías respiratorias al inhalar vapores de cloro o incluso tragar agua tratada con esta sustancia, lo que a su vez puede provocarles graves enfermedades gastrointestinales.
El contacto con el cloro a los gansos además podría provocarle un daño en las plumas de estas aves acuáticas.
A estos efectos se le suma el estrés sufrido por las aves al ser retiradas de manera brusca del hábitat al que están acostumbradas y donde pasaban sus días alternando entre el agua y la tierra, donde se alimentan de pastos y hierbas. El entorno artificial y químico puede generarles ansiedad o comportamientos defensivos.
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