Aunque el mercado inmobiliario global se enfría en algunas regiones de Estados Unidos, Miami parece ir a contramano. Ni la suba de tasas, ni la incertidumbre política en la región detienen la avanzada extranjera sobre ese mercado inmobiliario. Por ejemplo, el año pasado, los condados de Miami-Dade, Broward, Palm Beach y Martin recibieron inversiones extranjeras por U$S 3.100 millones, según datos de Miami Realtors.
Esa cifra representa un 10% del total de transacciones internacionales en Estados Unidos, consolidando al sur de Florida como un polo patrimonial para los bolsillos de los inversores latinoamericanos, con los argentinos picando en punta.
Este nuevo ciclo de oportunidades responde a una combinación de factores: una oferta más amplia en zonas clave, mayor flexibilidad financiera para no residentes y una renovada convicción entre los inversores de que es preferible comprar una propiedad en dólares en un mercado como Miami, que inmovilizar capital en economías más volátiles.
Desde el aspecto inmobiliario, se perciben señales claras de consolidación. “Miami sigue destacándose por su seguridad jurídica, reglas claras para invertir y opciones de financiamiento que permiten acceder a propiedades premium desde montos razonables. Además, desde la pandemia, muchos clientes priorizan activos que combinan rentabilidad con valor de uso”, señala Maru Álvarez Vitale, Co-Founder de Swann Realty Partners, firma experta en real estate de la zona.
Por otro lado, Andrés Aller, director ejecutivo de Aller & Co, destaca que Florida en general, y Miami en particular, “continúan siendo extremadamente atractivos para el inversor extranjero por una combinación de factores: calidad de vida, un clima pro-negocios y un crecimiento poblacional muy fuerte”. También menciona la próxima eliminación del “sales tax” sobre los alquileres comerciales, la ausencia del impuesto a la renta para individuos y un considerable crecimiento poblacional: de 18,8 millones en 2010 a más de 23,3 millones en 2023, lo que representa 1,7% anual promedio.
Según el informe de Miami Realtors, los argentinos encabezan el ranking de compradores internacionales. Representan el 18% del total de operaciones extranjeras en la ciudad, seguidos por Colombia (14%), Canadá (8%), Brasil (6%) y México (6%).
Pero no se trata solo de grandes empresarios o figuras del jet-set, sino de perfiles cada vez más diversos. Por ejemplo, la mayoría de los clientes argentinos tiene entre 45 y 65 años, patrimonio consolidado y una clara estrategia de diversificación. Muchos son profesionales senior o empresarios, también hay familias que ya residen en Estados Unidos o planean hacerlo pronto.
Las zonas top. A la hora de elegir dónde invertir, los argentinos se concentran en cinco zonas clave que combinan conectividad, potencial de revalorización y atractivo turístico: Brickell, Key Biscayne, Sunny Isle, Midtown, Bal Harbour, Wynwood y Downtown. Estas áreas mantienen una demanda sostenida por parte de compradores latinoamericanos, y especialmente argentinos, gracias a su cercanía con centros financieros y educativos, su perfil multicultural y la creciente infraestructura residencial. Además, la posibilidad de generar ingresos vía alquileres temporarios (en plataformas como Airbnb) potencia aún más la rentabilidad esperada. “Wynwood y Downtown, por ejemplo, son zonas en plena transformación urbana. Con nuevos desarrollos de lujo, arte, gastronomía y proximidad a playas, son muy buscadas por quienes quieren una segunda residencia con potencial de apreciación o unidades pensadas directamente para renta corta”, destacan desde Swann.
El obejtivo. Según datos de Miami Realtors, 59% de los compradores argentinos adquiere condominios, mientras que 76% lo hace con fines de inversión o uso vacacional.
Algunos optan por unidades en pozo por sus facilidades de pago en etapas. Otros prefieren unidades terminadas listas para alquilar, como parte de una estrategia de diversificación patrimonial. “El inversor argentino combina lógica financiera y emocional: busca una propiedad que rinda, pero también que pueda disfrutar”, afirma Álvarez Vitale.
El atractivo del mercado inmobiliario de Miami no se limita a inversores institucionales ni a grandes fondos de inversión. Desde hace años, figuras reconocidas del empresariado y del espectáculo argentino también eligen esta ciudad para diversificar su patrimonio.
Entre los casos más emblemáticos se destaca Lionel Messi, quien recientemente amplió su portafolio inmobiliario en el sur de Florida con la compra de cuatro unidades en el complejo Cipriani Residences Miami. El crack ya era propietario en la Porsche Design Tower y tenía una residencia valuada en más de US$10 millones en Fort Lauderdale. Otros inversores conocidos son Edgardo Defortuna (empresario cordobés y fundador de Fortune International Group) que Impulsó proyectos como Jade Signature, Ritz-Carlton Residences y Cipriani; Eduardo Costantini, que desarrolló dos complejos de lujo: Oceana Key Biscayne y Oceana Bal Harbour, combinando arte, diseño e inversión inmobiliaria top; Alan Faena (Faena District en Miami Beach) y Jorge Pérez, (fundador y CEO de la desarrolladora líder The Related Group). Nombres que rubrican una tendencia: Miami es la puerta de entrada “argenta” para los negocios en los Estados Unidos.
por Marcelo Alfano