jueves, 7 agosto, 2025

Inflación: el FMI presiona por el nuevo IPC y el Gobierno mide el timing políticoparalanzarlo

El Fondo Monetario Internacional (FMI) presionó al Gobierno para que implemente el nuevo índice que mide la inflación que el Indec tiene listo. Una estadística que tenía fecha de salida para fines de 2024 y que aún se demora por el testeo que necesita el proceso y el timing político, influenciado por la conveniencia de los datos de desaceleración en los meses previos a las elecciones legislativas.

Según confirmaron fuentes oficiales a PERFIL, la estadística sólo está esperando “los avales institucionales” para concretar la actualización. El propio titular de la entidad, Marco Lavagna, había anunciado que en octubre de 2024 estaría listo para salir a la calle. Sin embargo, la decisión política de finalmente implementarlo está demorada por lo menos desde marzo del 2025.

Hay dos razones que retrasaron el debut: la primera es que tanto el Fondo, como las convenciones internacionales, piden que haya un tiempo de testeo de al menos 12 meses y luego de empalme, en el que ambas mediciones convivan hasta establecer definitivamente la más actualizada. La segunda, es el entusiasmo del equipo económico por los datos en desaceleración de la inflación que, por la actual composición de la cifra del Indec que pondera más bienes que servicios, resulta más conveniente para los meses previos a las elecciones legislativas.

Cambios y testeo

En términos técnicos, el nuevo IPC cambia la canasta de bienes y servicios que se utiliza para medir todos los meses, promediar su aumento y contrastar con el período anterior. La modificación central será en la base de datos: la estadística vigente utiliza la Encuesta Nacional de Gasto de los Hogares (ENGHO) de 2004/2005 y la que lo reemplazará data de 2017/2018. Este documento muestra la estructura de consumos de los 31 aglomerados urbanos, a partir de los cuales mide el organismo y el peso específico (ponderadores) que tiene cada ítem en el porcentaje final de inflación.

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En esos más de diez años, el cambio fundamental fue el de los servicios, que pasaron a demandar más utilidad y gastos en el ingreso de las familias argentinas. Tal como declaró Lavagna, este índice a estrenar incluirá los servicios de streaming (como Netflix, Spotify, entre otros), un mayor uso de celulares y de tarifas. Además, otra discusión técnica es qué año se toma para ajustar por precio el IPC: si el año base de la encuesta o el momento en el que comienza a aplicarse la nueva medición. Una de las recomendaciones que hizo el FMI es utilizar el año de la ENGHO.

“No es sólo las ponderaciones sino los bienes que mide también cambian. Por eso, las buenas prácticas dicen que tenés que darle un tiempo al índice en paralelo al otro para que se acomode”, planteó un exfuncionario que se sentó en mesas de negociación con el Fondo.

Qué diferencias hay entre un IPC y otro

Distintas consultoras privadas ensayaron durante este tiempo cuánta diferencia habría entre las mediciones si en los últimos meses ya estuviera en vigencia el índice de la Engho 2017/2018. El director de la Maestría en Econometría de la Universidad Torcuato Di Tella, Martín Rozada, lo llamó la “inflación latente” y, en el caso del mes de junio, por ejemplo, esa estadística dio 1,9% impulsada por Vivienda, Agua, Electricidad, Gas y otros Combustibles. Un 0,3% por encima de la cifra oficial, del 1,6%. En la interanual, la diferencia es de 3,1%.

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En general, el impacto de las variaciones entre un IPC y otro no serían tan relevantes. Pero, para un Gobierno que prometió la desaceleración de la inflación como una de sus grandes banderas y luego la utilizó como sinónimo de éxito de gestión, cada decimal cuenta. Por eso, en términos políticos el momento exacto para sacar a la luz el índice actualizado será cuando el aumento de la canasta de servicios esté por debajo de la de bienes.

Hasta ahora, pasó lo contrario: sin ir más lejos, el dato oficial de junio mostró un incremento de 3,4% en el rubro Vivienda, agua y electricidad y un alza de Alimentos y bebidas no alcohólicas del 0,6%. Es decir, más del triple y un punto porcentual por debajo del índice general, respectivamente. Y es que los alimentos es, además, el ítem de mayor peso en la medición vigente.

Principales cambios del nuevo IPC

Si bien esa relación no cambia, los bienes de primera necesidad pierden sustancia en la estadística a estrenar y ganan los servicios.

Alimentos y Bebidas no alcohólicas: su peso en el índice se reducirá, pasando del 25,7% al 22,6%.

Transporte: este rubro ganará importancia, subiendo del 11,6% al 14,2%. Dentro de esta categoría, el gasto destinado al mantenimiento de vehículos personales casi se duplicará (del 3,7% al 8,0%), mientras que los gastos en la compra de vehículos propios y el uso del transporte público disminuirán.

Comunicaciones: el gasto en servicios como telefonía móvil e internet crecerá, pasando del 4% al 5,2%.

El nuevo IPC pasará a relevar aproximadamente 500.000 precios, en comparación con los 320.000 que se relevan actualmente. El número de informantes también se incrementará de 16.700 a 24.000. El staff report de los funcionarios técnicos del Fondo, especifica que tanto la entidad crediticia como las autoridades argentinas discutirán el “momento preciso” de la publicación en el contexto de la próxima revisión del programa.

AM

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