Un contrato de dólar futuro a dos días se vendía ayer a $ 1.287, por debajo del precio del dólar spot en el mercado oficial que superó los $ 1.300. El jefe de una mesa de dinero explicaba que quienes se benefician de esa operatoria son privados que, con no mucho riesgo, venden sus dólares al tipo de cambio oficial, o incluso MEP o CCL en caso que no puedan acceder al mercado único y libre de cambios, y con los pesos compran dólares a dos días pagando un precio más bajo. Negocio redondo. También se beneficia el Gobierno, dicen en el mercado. Entienden que es el Banco Central quién ofrece la zanahoria del dólar futuro para mantener a raya el tipo de cambio oficial y volcar más pesos al mercado para ver si las tasas bajan.
La jugada, de vuelta, no está exenta de riesgos para un inversor. El tipo de cambio no está más fijo, sino que flota, y no se sabe a cuánto cerrará mañana, día que vencen los contratos de futuros de julio. Pero en el mercado sonaron fuerte las palabras de uno de los economistas que mejor leyó la economía de 2024, Ricardo Arriazu, que dijo en las últimas horas que el Gobierno no se sentiría cómodo con un dólar por encima de los $ 1.300. La codicia siempre vence al miedo y un dólar más alto con tasas más atractivas sirvan tal vez para edificar un carry trade más estable luego del piñazo que recibió el Gobierno tras implementar el comienzo del desarme de las LEFI. Los bancos no respondieron como las autoridades hubiesen querido, de hecho, hay bronca y recelo con algunas de ellas.
En el mercado hubo recepción por partida doble del resultado de la licitación en el día de ayer de la Secretaria de Finanzas. Para los economistas de Equilibra, por ejemplo, “el Tesoro convalidó otra suba de tasas”. Si se tiene en cuenta que la LECAP más corta tomó el 41,4% de lo adjudicado, convalidando una tasa efectiva mensual de 4,3%, “Esta tasa implicó un premio considerable si se tienen en cuenta el cierre de ayer en el mercado secundario (3,8% TEM), la tasa repo de corto (3,8% TEM), y la tasa a la que cortó la LECAP más corta en la licitación del 16/7 (3,3% TEM)”.
Pero otros no lo ven así.
“Acá no hubo sorpresas”, dijo el economista Fernando Marull. “Por las señales que dan el Banco Central y el Tesoro pagando tasas altas, que son las de mercado, y liberando pesos para aflojar las tasas de interés a costa quizá de subir un poco el dólar, porque tasas reales del 20% anual como estas no son sostenibles”.
En el Ministerio de Economía rechazan la idea de que estén poniendo pesos en el mercado para bajar las tasas. Insisten que las tasas las fija el mercado y que la intervención que necesitó hacer el BCRA es para sortear un episodio en particular. Además explican que gran parte de los pesos que no fueron a renovar la licitación de ayer, integrarán los encajes de los bancos con las nuevas disposiciones desde este viernes (suben). Ayer vencían $ 11,8 billones para Economía y se renovaron $ 9 billones (76,3%). Según sus cálculos unos $1,8 billones -de los $ 2,8 billones que no aceptaron la oferta de Finanzas- irán a encajes. ¿Y el resto? Dólar o tasa.
El equipo económico espera confiado.
“El mercado no incorpora los fundamentals del modelo que hace que la volatilidad vista en estas semanas no impactara en los precios”, comentan entusiasmados.
¿Se dará así?
Si mañana el dólar cerrara como ayer el tipo de cambio habría acumulado en el mes un alza de cerca de 8%. Camilo Tiscornia, economista y director de C&T Asesores Económicos, ve la inflación en torno a 2% con la medición núcleo bajando.
“Nos está dando un pass-through muy acotado”, dice por su parte Lorenzo Sigaut Gravina, economista de Equilibra. “No cerramos aún la estimación/relevamientos de julio pero apunta en torno de 2%”.
¿Serán los pilares del modelo como dice el Gobierno, los que permiten que un acomodamiento del dólar, en una zona que oxigena más los balances de las empresas, no se traslade a los costos? ¿Será por el apretón monetario y fiscal? ¿o los márgenes de ganancia habían sido tan altos que ahora los empresarios operan con mark up más estándares? Cabe recordar que en el primer staff report del FMI bajo el gobierno de Javier Milei, el organismo advirtió de ganancias empresarias enormes durante 2023, en gran parte, por la brecha cambiaria y la especulación sobre qué iba a pasar con el dólar en medio de una campaña que invitaba a huir del peso.
Por último, la mejor noticia para la Argentina (y para el Gobierno) en el día de ayer: los pronósticos macroeconómicos del FMI elevaron las perspectivas de crecimiento para casi todos los países (no para la Argentina, que lo dejó igual en 5,5%) y además anticipan un dólar más débil a nivel mundial, algo que podría ayudar no solo a la economía más grande del mundo sino a la propia competitividad argentina cuya moneda todavía flota aunque ‘a medias’. El dólar a nivel mundial se depreció este año 9% contra una canasta que incluye el euro y la libra, algo que explica por qué la estrategia del Gobierno de estabilizar sin recurrir a un salto cambiario no fue aún más costosa. Un dólar más débil a nivel global favorecerá el comercio internacional y compensará parte de los efectos contractivos de Donald Trump en materia arancelaria. La Argentina necesita exportar para pagar sus deudas y el Directorio del FMI, que monitorea la acumulación de reservas, querrá ver que la ventaja de haber acomodado el dólar en $ 1.300 no es arruinada por un rebrote de la inflación. Es el termómetro que hoy sigue el Gobierno.