lunes, 7 julio, 2025

Opiniones sobre el fin del mundo. El momento centrífugo de la política libertaria

Opiniones sobre el fin del mundo es una columna que busca dar cuenta de lo que reflejan algunas de las notas de opinión dominicales de los medios masivos de comunicación y otras nuevas plataformas. Obviamente, por el medio donde se publica esta pieza, busca entender la realidad y a la vez proponer ideas para transformarla mediante políticas socialistas.

Según la RAE, la palabra centrífugo define un movimiento que aleja del centro a un objeto. En un parangón político, podríamos afirmar que, momentáneamente, la fuerza de Milei se encuentra alejada del centro de la escena por diferentes razones. Sin la centralidad acostumbrada y que tanto le asienta al gobierno, los gritos e insultos, marca registrada de esta nueva derecha, volvieron a escena para pelear contra la dinámica marcada. Pero la fuerza que tiene a los libertarios en un momento incómodo suma diferentes elementos en su contra: un Congreso donde los socios se le convirtieron, de momento, en adversarios; malos informes de lo más concentrado del poder financiero mundial; una elección con final abierto y algunas luchas que perduran más allá del afán de querer apagarlas.

Insultar, mentir. Mírenme estoy acá

Más allá de la bandera de haber bajado la inflación, desde que la Corte Suprema sentenció el fallo, que sacó del juego electoral a Cristina Fernández de Kirchner, Milei perdió la centralidad. No hay tema que pueda controlar o que lo ubique primero en los temarios de la calle real y la calle digital.

Si bien en algunos casos el gobierno ha vuelto  a tener notoriedad, se debe, como remarca Eduardo Van Der Kooy, al uso del insulto como regla para retornar a la centralidad. El editorialista de Clarín advierte: «El clima hostil que va en aumento en la política posee varios estimuladores. El principal sería el propio Milei. Aunque no el único. El Presidente parece haberse convertido de nuevo en centro de atención no por sus logros políticos. Lo consiguió derramando cataratas de insultos. Por las redes sociales o en alguna de sus intervenciones públicas. El sitio web Chequeado calculó que hasta marzo el mandatario profirió 2,4 insultos por día de promedio. Contra opositores, periodistas y economistas»[i].

Este punto también es compartido por el periodista de La Nación Martín Rodriguez Yebra. Afirma al inicio de su artículo dominical: «La narrativa pública de Javier Milei ha dado un salto en su nivel de desmesura. Se declara en guerra contra “enemigos” que buscan matarlo. Dice que quienes no coinciden con él están “infectados con parásitos mentales”. Se vanagloria de ser cruel. Reparte insultos y neologismos denigrantes. Aplaude a quienes dicen que hay una violencia buena según quién sea el destinatario de ella»[ii]. Claramente que, estos puntos, tienen razones materiales y no son sólo una estrategia de marketing donde el gobierno busca profundizar su estilo de incontinencia verbal. Podríamos decir también que, ante la falta de argumentos, o ante la falta de logros, o aciertos, la mediocridad recurre siempre al insulto o la violencia. Un recurso nada inteligente y poco eficaz pero que pretende un llamado de atención, y la vuelta a la centralidad.

Alarmas en el centro del poder financiero

Por supuesto, estos días la centralidad estuvo cerca de Milei, su gobierno y en especial sobre su proyecto económico. Entre algunas cosas que son para resaltar, están las indicaciones de los popes de las finanzas, el director del Cohete a la Luna, Horacio Vertbisky, escribe: «El banco JP Morgan recomendó a sus clientes guardar la bicicleta en el garage y tomarse un descanso respecto de la Argentina. Lo fundamentó en que ya finalizó la liquidación de la cosecha gruesa (soja, maíz, girasol y sorgo), el récord del turismo al exterior y posibles ruidos electorales. Esta abierta invitación a tomar ganancias y poner pies en polvorosa coincide con un incremento incipiente pero notable en la cotización del dólar, que despegó del piso de la banda cambiaria y comenzó el ascenso hacia su techo. Esto aproxima el momento de una verdadera corrida, como las que arrasaron a los gobiernos de Raúl Alfonsín y Fernando De la Rúa. Además del JP Morgan, también el fondo Plimco habría iniciado el éxodo, cosa que no alcanzó a completar durante la gestión previa de Caputo con el Presidente Macrì»[iii]. Estos datos, que no son fábulas de ningún mandril o izquierdista infectado por algún parásito, son las razones profundas de las molestias y pérdida de centralidad de un gobierno que se encuentra mareado.

La imagen que refleja este estadío es el Ministro Caputo sin poder hacer pie en las presentaciones públicas, más allá de las canchereadas que son marca registrada del trader. Pero la crisis existe, y es notoria hacia dentro del gobierno. Sin entrar en más detalles técnicos económicos, que requerirían un espacio particular, sí se puede entender la magnitud por los dichos que transcurren al interior de la Rosada según Liotti. El analista político marca: «En la Casa Rosada anidan algunas miradas drásticas sobre todo este proceso. En uno de los sectores internos más influyentes compartieron este diagnóstico: «El Gobierno atraviesa la peor crisis de gobernabilidad desde la asunción del presidente Milei, y la situación empieza a generar inestabilidad en la economía a cuatro meses de la elección. La relación política del Ejecutivo con el Congreso y los gobernadores aliados está absolutamente fuera de control”. Parece un dictado de Cristina Kirchner, pero surge de las entrañas del poder»[iv].

De acá surge el trasfondo, la esencia que opaco o vuelve turbias las internas de los libertarios entre el triángulo de hierro, pero también las alianzas electorales, tanto en la Provincia como de cara a las elecciones nacionales, entre La Libertad Avanza y el PRO.

La casta moldeable y dinámica

Los gobernadores, tanto peronistas, radicales o del PRO, que tiempo atrás se prestaban a las líneas bajadas por el líder de la extrema derecha criolla, viendo los resultados del ajuste, su impacto social y la proximidad de las fechas electorales, están tomando otra dirección en sus comportamientos. Calculadores y fríos, la misma casta odiada por Milei, pero a la que le dio un uso utilitario para la implementación de su plan motosierra, que tiene como resultados trabajadores despedidos y los que no empobrecidos, toma su dinámica propia.

Volvemos a Vertbisky para reflejar este elemento. En su columna define que: «La reunión en el Consejo Federal de Inversiones de quienes fueron electos para regir los destinos de la totalidad de los distritos del país (23 gobernadores y el jefe de gobierno de la Capital Federal), dispuso exigir al Poder Ejecutivo la coparticipación del impuesto a los combustibles y una devolución de los aportes discrecionales del tesoro a las provincias (ATN). Dada la reticencia oficial, los gobernadores comenzaron a elaborar sus propios proyectos al respecto. Para sortear la recriminación de que es irresponsable legislar sobre desembolsos para los que no hay plata, los gobernadores postulan la eliminación de fondos fiduciarios por el mismo monto. El propio Milei se pronunció por la liquidación de esas asignaciones directas de fondos»[v].

Esto, probablemente, para algunos de ellos, nos referimos a los mandatarios provinciales, sea una forma de jugar carta de cara a las negociaciones electorales y poco tenga que ver con la defensa de los intereses de los trabajadores y sectores populares de su población. Seguramente sea una forma de quebrar negociaciones que tienen un carácter de imposición por parte de los hermanos Milei a los gobernadores cómplices del ajuste en curso. Los métodos non gratos, Kirschbaum los relata del siguiente modo: «La dureza negociadora –“todo violeta”, como acaba de experimentarlo el gobernador de Corrientes Valdés, que abortó el acuerdo con la LLA- choca con una actitud más dialoguista de Santiago Caputo, quien desde los resultados discretos que está obteniendo el oficialismo en las elecciones, pugna por no ser tan hostil con los gobernadores de las provincias en las que se debe elegir senadores: Salta, Santiago del Estero, Río Negro, Neuquén, Chaco y Entre Ríos. Obvio: en la Capital, donde también se eligen senadores, el caso es distinto»[vi].

Queda algo de tiempo, pero seguramente todos puntos hagan que se termine de conformar el menú electoral de los sectores del régimen de cara a las elecciones. Comicios que, también hay que decir, tendrán a un PJ que, más allá de los nuevos comportamientos, reubicación tras la proscripción de CFK y reuniones que se dan, sigue sin encontrar los marcos de la unidad y la síntesis en candidatos que no sean testimoniales. Paralelamente, en provincia de Buenos Aires, dejando de lado las hazañas verbales, gestiona con otra hoja de ruta de ajuste.

Las luchas en curso

Por más que se encuentre en último lugar, la lucha de clases, para esta columna, es el motor ordenador de los fenómenos indicados más arriba.

No todo es rosca por las alturas. Los cambios de comportamientos en el Congreso, más allá de que se terminen de votar proyectos que no resuelvan las cuestiones de fondo de los problemas tratados, responden a una nueva dinámica de la calle. Tal es el caso que responde al Garrahan, los mismo con el presupuesto universitario y el aumento a los jubilados.

Tres sectores que, más allá de los pesimistas que dicen que la política ya no se define en las plazas, performan los comportamientos políticos y se ubican como oposición de un gobierno que, tras el caso de YPF de esta semana, vale la definición arrojada por Genoud: «Por supervivencia, Milei tiene que salir a defender una empresa en la que no cree y apelar para dilatar los tiempos de un fallo que no va a ser fácil de revertir. El problema es que todo su diseño de gobierno está pensado en función de beneficiar a los buitres. Incluido el todavía Procurador, Santiago Castro Videla»[vii]. Las luchas serán inevitables en cuanto los únicos beneficiarios de este proyecto económico se encuentran en el sector financiero, con golpes fuertes a la producción, el consumo y los trabajadores, Milei y su gobierno ahora tienen que convencer que de verdad piensan en el pueblo, cosa difícil si recorremos el escenario de los últimos meses, imposible si se toman los datos duros, de pobreza, y precarización. Un desafío que tendrá ocupados  a los libertarios frente a las elecciones, y una oportunidad para los de debajo de hacer tronar el escarmiento.


[i] El insulto como regla para retomar centralidad. Eduardo Van Der Kooy – Clarín (6-7-2025)

[ii] Amenazas para el liberalismo del ojo por ojo. Martín Rodríguez Yebra – La Nación (6-7-2025)

[iii] Temblores. Horacio Vertbisky – El Cohete a la Luna (6-7-2025)

[iv] La ofensiva ampliada que sacude el plan económico de Milei. Jorge Liotti – La Nación (6-7-2025)

[v] Temblores. Horacio Vertbisky – El Cohete a la Luna (6-7-2025)

[vi] ¿El PRO acuerda y se parte? Karina, con mano de hierro; el peronismo, después de Cristina. Ricardo Kirschbaum – Clarín (6-7-2025)

[vii] La política de los buitres, el invierno de Milei y la improvisación al poder. Diego Genoud – El Destape (6-7-2025)

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