Su historia empezó de la mano de su abuelo, Pedro, quien se desvivía por el club. Él fue quien lo llevó a probarse a inferiores cuando Gonzalo Castellani tenía 14 años. Tres años después, “Boni” debutó en el partido que Ferro le ganó por 1-0 al Tigre de Caruso Lombardi que venía invicto por 22 encuentros. Fue una tarde en Caballito, el 6 de agosto de 2005. En los siguientes cinco años el volante vestiría la camiseta verde en 138 ocasiones para marcar 12 goles. Su carrera siguió en España, tuvo pasos por Boca, Defensa y Justicia, Lanús; y ganó varios títulos incluso la temporada pasada, donde se coronó con el Colo-Colo chileno.
Página/12 habló con Castellani en las primeras semanas de su regreso al club del cual es hincha y al que siempre acompañó cuando era un niño: “Recuerdo ir con mi abuelo, mi tío, mi viejo y comer los maníes con cáscara ahí en la tribuna, en ese momento Ferro estaba en Primera. Recuerdo los viajes, sacar micros para ir de visitante. Lo disfruté mucho yendo a todos lados con mi familia”. Pasó de la tribuna al campo de juego con el primer equipo ya militando en la B Nacional y enseguida se metió a los hinchas en el bolsillo con su habilidad y su sentido de pertenencia.
-¿Por qué volviste a Ferro?
-La idea de volver fue de un día para el otro, se me vinieron muchas cosas positivas a la cabeza. Estaba jugando en un club bueno, donde la competencia era muy alta y me sentía bien, pero mi idea era volver al club en buenas condiciones. A nivel familiar también es muy importante para mí.
-¿Se cierra un círculo en tu carrera?
-El día de mañana no sé qué pasará, pero retirarme en el club que me hizo crecer, del cual soy hincha, imaginarme con mi mujer y mis hijos que no vivieron mi historia en el club, duplica las lindas sensaciones que me generan volver. Sé que el torneo de la B Nacional es difícil, es muy diferente a lo que estoy acostumbrado a jugar, pero me siento con ganas de afrontar este desafío y con fe de que se pueden hacer las cosas muy bien.
-¿Qué sentís desde que llegaste?
-Antes de la firma entré a la cancha, la pisé después de mucho tiempo y con mi familia que me acompañaba. Ahí empecé a tomar noción de dónde estaba parado. Estar en la sede, firmar el contrato en la oficina donde firmé la primera vez, almorzar en la sede, fue todo muy lindo. A medida que pasan los días, voy cayendo cada vez más. Después me tocó ir a entrenar a Pontevedra. Pasaron tantos años y parece que fue ayer.
-¿Qué recordás de tu debut ante Tigre hace casi 20 años?
-Hay un video de cuando estoy entrando con los pantalones por debajo de la rodilla que me quedaban enormes. Recuerdo entrar a la cancha y tener esa sensación de querer que no se termine el partido, fue un día completo porque se ganó. Ahora me imagino llegar con el micro, va a ser muy emotivo entrar a la cancha de nuevo con la gente y con el estadio que esperamos que esté lleno. Nosotros somos los principales motivadores para que la gente vaya y se entusiasme.
-¿Por qué pensás que Ferro está en la B hace 25 años?
-Hay muchas cosas que hacen a un ascenso. Creo que todo el club debe estar alineado, tanto cuerpo técnico, dirigentes, jugadores, hinchas. No es fácil, no se pueden hacer las cosas así nomás. Las primeras charlas cuando me querían en el club fueron acerca de eso. Lo importante es tener un grupo sano, unido. Me ha tocado estar en muchos planteles que cuando en el día a día no se disfruta, cuesta mucho. En este caso me toca estar en un plantel muy sano, tenía muy buenas referencias del cuerpo técnico.
Castellani, de 37 años, hizo hincapié en la verdadera razón por la que volvió al club: fue la primera vez que lo llamaron con un real interés y con un proyecto detrás. “Muchas veces se habló de mi regreso pero la realidad es que nadie se había contactado conmigo antes. Esta vez fue más prolijo, manteniendo una línea. Después uno tiene que exigir porque a uno le exigen. Por ejemplo el estado de la cancha donde entrenamos, donde jugamos, el tema de la alimentación, mejorar el gimnasio. En Pontevedra hay muchísimas cosas por hacer, es un terreno privilegiado pero obviamente se necesita dinero para hacerlas y ese dinero se logra ascendiendo a Primera. Ferro tiene que dar ese salto de calidad para poder crecer como club”.
Después de su paso por el Villarreal y por su buen desempeño en Godoy Cruz, en 2014 Boca, bajo el mando de Carlos Bianchi, compró el 50 por ciento de su pase. Pero luego fue cedido a Lanús y a Defensa y Justicia desde el equipo xeneize.
-¿Qué te llevás de haber jugado en Boca?
-Fue algo muy lindo en mi carrera. Desde mi lado crítico puedo decir que no fui regular en mi paso por el club. Lo poco que estuve lo disfruté muchísimo, pero había una competencia muy grande con jugadores de Selección y ahí no podés fallar en nada. Creo que era un poco inmaduro, el jugador tiene mucho tiempo libre y yo solo pensaba en entrenar en la mañana. En ese nivel te tenés que perfeccionar en todo sentido. Quizás no me lo tomé de esa manera, uno de grande va cambiando el chip y se arrepiente un poco de haber llegado a ese lugar que no le pasa a cualquiera y no haberlo aprovechado al máximo. Cada vez que estoy en un club siempre me preguntan cómo la pasé en Boca, qué es el mundo Boca. El tema de la gente es conmovedor, a los clubes los hace grande la gente. Soy hincha de Ferro pero imaginate la primera vez que me tocó estar en La Bombonera sentí una vibración interna que nunca había sentido, eso no me lo olvido más.
-¿Qué aprendizaje te llevaste de esa experiencia?
-Trato de remarcarles a los chicos que recién empiezan que la diferencia la hacen los que antes cambian el chip y le dan más importancia a todo lo que te nombro, la alimentación, el descanso, en los entrenamientos. Como consejo a cualquier chico que pueda llegar a escuchar, lo fundamental que es la conducta para ser profesional.
-En Lanús tuviste una lesión muy grave ¿cómo te recuperaste?
-Me lesioné los ligamentos cruzados, ahí tenía contrato con Boca. Me operó (Jorge) Batista que se portó excelente conmigo durante toda la recuperación. Los dos primeros meses de recuperación los hice en Boca y después en Lanús. Justo ese torneo salimos campeones con Lanús y me recuperé a la mitad del campeonato. Para mí lo bueno y lo malo siempre sirvió de aprendizaje.
-¿De dónde sacás esta mentalidad positiva?
-Los años de experiencia y haber estado con grandes jugadores, mirar lo que hace el de al lado, esto que de chico no aproveché el lugar donde estaba. Todo eso me hizo aprender, el tema mental es lo más importante. El año pasado estuve entrenando tres meses solo, con miedo de estar seis meses parado por el tema del cierre del libro de pases, pero en mi cabeza estaba latente el pensamiento de que algo bueno iba a venir. Así surgió la posibilidad de ir a Colo-Colo sabiendo que el desafío iba a ser súper grande, por los jugadores que tiene, por lo que implica llevar ese escudo.
-¿Qué te gustaría hacer después de retirarte?
-Hice el curso de técnico, así que si bien ahora tengo ganas y necesidad de seguir jugando hasta que el físico me lo permita, después mi idea es ser director técnico. Siempre dije que me gustaría volver al club y retirarme en Ferro. Quizás en otro momento pensaba que a esta edad ya estaría retirado pero ahora cambio tanto todo que disfruto donde estoy, no sé el día de mañana que pasará. Ojalá que sea con la camiseta de Ferro pero viviendo lindas cosas y logrando el sueño que todos queremos.
El próximo 9 de febrero, “Boni” volverá a pisar el pasto de su casa ante Güemes de Santiago del Estero en el arranque de la Primera Nacional, con la ilusión de llevar a Ferro al lugar que dejó hace 25 años.