Con la motosierra del Gobierno a los salarios e ingresos de las mayorías y las desregulaciones al mercado, el consumo de carne en Argentina se vio muy perjudicado en el 2024, marcando el segundo peor registro desde su medición en 1914. Sin embargo los grandes frigoríficos aumentaron sus exportaciones, según el último dato oficial (de noviembre 2024) se exportó el volumen más alto en los últimos 57 años. ¿Quiénes fueron los ganadores?
Esta semana la Dirección Nacional de Control Comercial Agropecuario (DNCCA), dependiente de la secretaria de Agricultura de la Nación, publico su informe de faena de bovinos anual. Durante el 2024 se faenaron casi 14 millones de cabezas y el frigorífico Swift se posicionó primero con 494.089 cabezas. Por su parte, Coto se ubicó segundo con 470.014 cabezas.
El informe mide tanto por establecimientos (los lugares de faena), como por usuarios (los propietarios). Tomando esta última medición, se registraron casi 4.300 operadores del negocio cárnico, la gran mayoría de ellos matarifes y carniceros, que se dividieron la propiedad de las 13,9 millones de cabezas faenadas. Esto daría un promedio de 3.200 vacunos por matrícula. Sin embargo, como mencionamos arriba Swift, en manos de la brasilera Minerva Foods, faenó casi 500 mil cabezas.
Si tomamos en cuenta los primeros 10 operadores de la carne, éstos suman más de 3 millones de bovinos. Es decir, que de casi 4300 operadores los primeros 10 más grandes (el 0,2%) acumula el 21,7% de la propiedad de la carne.
En cuanto a los establecimientos que faenan, se registraron 370 lugares. En esta ocasión el ranking lo encabezó el Frigorífico Rioplatense (405.102 cabezas), ubicado en San Fernando y propiedad de la familia Costantini, dueña del Nordelta, entre otros negocios. Desplazando a Swift de Rosario (404.088) al segundo lugar.
Los siguientes mayores procesadores son el Frigorífico Gorina cerca de La Plata (342.840), la planta de Coto en Buenos Aires (321.632), Arre Beef de Salto (305.853), y la Compañía Bernal o ex Finexcor de Quilmes (219.330). En el mismo sentido que los operadores, las 10 plantas mas grandes procesan 2.746.388 vacunos, lo que representa casi 20% de la faena total. Mientras que la suma de las veinte principales plantas llega a 4,37 millones, más del 31% del total.
Las penas son de nosotros, las vaquitas son ajenas
Un informe de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes de la República Argentina (CICCRA) reveló que el consumo de carne vacuna por habitante se ubicó en 47,7 kilos/año en 2024. Fue 9,0% inferior al de 2023 y se convirtió en el segundo registro más bajo desde que se inició la medición en 1914. Agregan en el informe que, “sólo en 1920 se verificó un nivel inferior al de 2024 (46,9 kilos/hab/año)”.
En 2024 la industria frigorífica alcanzó 3,177 millones de toneladas res con hueso (tn r/c/h) de carne vacuna, lo que implicó una reducción del 3,4% respecto de 2023. Este descenso fue consecuencia directa de la menor faena, producto de la sequia de 2023 que “aceleró el envío a faena de los animales y afectó el ciclo de preñez y parición, lo que se tradujo en una menor zafra de terneros en 2024” indican desde el CICCRA.
A pesar de la menor faena, las exportaciones marcaron un récord histórico. Según el informe, en 2024 se exportaron 936,1 mil tn r/c/h de carne vacuna, un incremento del 9,8% en comparación con 2023. Marcando el año que más carne se destino al exterior desde al menos 1990 (29,5%); o a la inversa el año que menos se destinó al consumo interno (70,5%).
La desregulaciones impulsadas por Sturzenegger y Caputo al mercado de la carne, junto con el brutal desplome del poder adquisitivo de las mayorías arroja como saldo un empeoramiento de la canasta de consumo de las grandes mayorías. Como contrapartida, los alimentos se van del país mientras la mitad de la población se encuentra en la pobreza.
El ajuste de Milei sigue siendo al bolsillo de la clase trabajadora y el pueblo pobre, mientras unos pocos siguen ganando millones.