La nueva edición de Gran Hermano empezó a lo grande. Ni siquiera pasó una hora de programa y comenzaron los momentos emotivos, ya que Claudio di Lorenzo lloró desconsolado cuando habló por última vez con sus hijos, quienes estaban muy emocionados al despedirse.
Cabe recordar que el reality va a durar bastante. Por lo que confirmaron diversos periodistas, se extenderá más allá de los siete meses. Algunos llegaron a decir que podría llegar a un año. Por esa razón, el oriundo de Flores podría no ver por mucho tiempo a sus familiares.
En realidad se despidieron cuando él se presentó en sociedad junto a Santiago del Moro. Ahí aprovechó para decirles el último adiós. Pero la emoción pudo más y reinó en el ambiente, y justo cuando estaba a punto de entrar a la casa más famosa de la Argentina.
Robertito Funes Ugarte le prestó el auricular y el micrófono al competidor, para que así pudiera hablar por última vez con sus hijos y los demás familiares que fueron a acompañarlo. «Los amo mucho, mucho. Ya los extraño. Chau. Los amo», sentenció di Lorenzo.
LA PRESENTACIÓN DE CLAUDIO DI LORENZO
«Soy Claudio di Lorenzo. Vivo en Flores, capital. Tengo 41 años. Tengo dos hijos que son la luz de mi vida. Me gusta molestar a la gente, me gusta hacer bromas. Creo en lo que es la ley de la atracción, de hecho mi vida se basa en eso. No me imagino estático. Soy uno de los que cree que la tierra es plana y no redonda», reveló Claudio de Gran Hermano.
«Tuve un episodio muy loco que me pasó un OVNI por arriba mío. Fue un antes y un después. Muy místico. Hago reiki, así que cuando a alguno se le corran las energías en la casa, puedo nivelarlas. Tengo un don. La gente se me abre un montón. Creo que en este aspecto de la casa me va a servir muchísimo. Es mi plan de juego», cerró.