Dos policías de Corrientes atropellaron cuatro veces con un patrullero a un hombre que estaba padeciendo un brote psicótico y caminaba por la calle armado con dos cuchillos. En consecuencia, los efectivos fueron pasados a servicio pasivo. La víctima murió antes de llegar a un centro de salud, aunque la autopsia indicó que no fue por los golpes.
El hecho ocurrió poco después de las 02:50 del domingo en la ciudad de Goya, sobre la calle Pedro Ferré, momento en el que un llamado al 911 alertó sobre la presencia de un hombre que caminaba con el torso desnudo, empuñando dos cuchillos.
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Dos móviles policiales se acercaron al lugar desde donde se había realizado el aviso y, en aproximadamente tres minutos y medio, uno de los patrulleros embistió cuatro veces al hombre, identificado como Carlos Andrés Bartlett (37), quien tiene está diagnosticado por bipolaridad, constantes brotes psicóticos y tiene antecedentes por consumo de drogas.
La secuencia fue registrada por una cámara de seguridad de la zona y en las imágenes se puede ver cómo el hombre caminaba armado, con el torso desnudo y por momentos parecía discutir y pelear con personajes inexistentes, hasta que es impactado por el móvil de la policía.
Como consecuencia de uno de los impactos, Bartlett cayó al piso y quedó aturdido, sin posibilidades de volver a reincorporarse ya que había sido golpeado en una de sus piernas. Unos minutos después, es apresado y esposado.
La víctima fue trasladada al Hospital de la ciudad bajo custodia. No obstante, este se desvaneció sobre la camilla y llegó al centro de salud sin signos vitales.
Fuentes del Ministerio de Seguridad de la Provincia indicaron que los médicos realizaron una autopsia y constataron lesiones leves en las piernas, pero ninguna de gravedad como para provocarle la muerte, y que su muerte fue producto de un «paro cardiorrespiratorio no traumático».
Tras la viralización de las imágenes que reflejaban la irregularidad en el procedimiento, el ministro de Seguridad, Alfredo Vallejos, trasladó el tema a Asuntos Internos para abrir una investigación y marcar responsabilidades. Como primer paso, el sargento primero Santiago Molina y el cabo Sergio Maciel fueron pasados a disponibilidad.
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La fiscal María Eugenia Ballaró inició la investigación y dispuso que todas las actuaciones sean realizadas por la Prefectura Naval, para evitar que en el caso trabajen miembros de la fuerza comprometida. Por su parte, desde la Policía correntina aclararon que no se prevé en ningún protocolo el embestir a una persona para proceder a su detención.
La madre de la víctima, Lilia Refojos, denunció que su hijo «recibió una persecución desmedida por parte de la Policía» y amplió: «Estando en el suelo rendido seguían atacándolo. Después de chocarlo cuatro veces, lo dejaron morir instigados por el odio de un enfermo que se dedica a brindar seguridad en eventos populares».
Cabe mencionar que, en medio de la situación, los oficiales contactaron al padre de la víctima, pidiéndole permiso para reducirlo, dado que el hombre es uno de los proveedores de la comida que se le da a las personas detenidas en Goya.
AS.
LT.