La Fórmula 1 es uno de los deportes que más dinero mueve y los datos lo respaldan. Desde el coste de los exclusivos monoplazas hasta las innovadoras tecnologías que utilizan, elevan el prestigio y el nivel económico de la competición. Michael Schumacher, una de las leyendas más icónicas de la Fórmula 1, no solo se destaca por su éxito en las pistas, sino también por la considerable fortuna que ha acumulado a lo largo de su carrera. Desde su debut en el Gran Circo en el año 1991 hasta su trágico accidente en el año 2013, el alemán se desmarcó como uno de los mejores pilotos del momento, cosechando grandes victorias sobre el monoplaza, a la par que firmaba numerosos contratos publicitarios con diversas marcas. Dos factores que le sirvieron para amasar un elevado patrimonio.
Nacido en Alemania en 1969, Schumacher desarrolló un interés por el automovilismo desde temprana edad. A lo largo de su trayectoria profesional, alcanzó la asombrosa cifra de siete campeonatos mundiales, la mayoría de los cuales fueron conquistados con la escudería Ferrari. Este éxito en las pistas le permitió recibir salarios millonarios y firmar lucrativos contratos con patrocinadores de renombre, estableciendo una fortuna que, según Celebrity Net Worth, asciende actualmente a 600 millones de euros.
Tras su retirada en 2012, Schumacher planeaba disfrutar de su tiempo libre junto a su familia y dedicarse a sus inversiones. Sin embargo, el accidente en los Alpes cambió drásticamente el rumbo de su vida. Desde entonces, su esposa, Corinna Schumacher, ha asumido el rol de proteger y gestionar el patrimonio familiar. Bajo su dirección, la fortuna de Michael ha sido diversificada para mantener su estabilidad económica.
Corinna ha emprendido una estrategia de inversión que abarca propiedades, activos financieros y participaciones en empresas, asegurando así una gestión eficiente del legado de su esposo. A lo largo de estos años, ha realizado inversiones inmobiliarias en diversas regiones y ha vendido algunos bienes para solventar los altos costos médicos de Michael. Esto incluye la subasta de una colección de relojes que pertenecieron al expiloto, alcanzando una suma declarada de 4,25 millones de dólares en una venta realizada en Christie’s de Ginebra.
Además de los relojes, Corinna organizó la venta de un anillo de oro y diamantes de 18 quilates que Ferrari había regalado a Schumacher al final de la temporada 2003, pieza que se vendió por 7.500 euros. También prescindió de su propiedad en Noruega, que servía como un lugar de vacaciones familiar, y de su avión privado, decisiones difíciles pero necesarias para enfrentar los desafíos financieros. La familia Schumacher, además de asegurar su bienestar económico, ha mostrado un compromiso importante con las causas benéficas. La fundación Keep Fighting, creada en honor al destacado piloto, refleja la pasión de Michael por contribuir a la sociedad, enfocándose en proyectos relacionados con la salud y la seguridad. Esta organización no solo honra su legado, sino que también canaliza recursos hacia iniciativas que buscan mejorar la vida de otros.
Su primera aparición pública
Michael Schumacher apareció públicamente en la boda de su hija mayor, Gina Maria Schumacher, tras 11 años alejado de la esfera pública. Este evento captó la atención mundial, dado el largo periodo de privacidad absoluta que ha rodeado al piloto desde su trágico accidente de esquí en diciembre de 2013, el cual le provocó daños permanentes. La boda de Gina, que tiene 27 años, con Iain Bethke, se llevó a cabo en Villa Yasmin, la finca familiar ubicada en Port d’Andratx, Mallorca.
Esta residencia no solo representa un refugio para los Schumacher, habiendo acogido eventos privados como celebraciones navideñas y cumpleaños, sino que ahora se ha convertido en el escenario de uno de los momentos más importantes en la vida de Gina. La ceremonia ha sido ampliamente descrita como “extremadamente privada”, con el objetivo de proteger tanto al piloto como a su familia de la atención pública y mediática.