Milei se fastidió con Villarruel, alerta en el Gobierno por la marcha universitaria y Lijo va rumbo a la Corte

El Presidente quedó disconforme con el comportamiento de la Vice en la sesión donde los senadores se aumentaron el sueldo. Ella sospecha que la Casa Rosada organiza campañas tuiteras en su contra. Desde Economía y Capital Humano se echan culpas por el descontento de los estudiantes. El poroteo de Ariel Lijo.

Luciana Geuna

El presidente de Argentina, Javier Milei, y la vicepresidenta, Victoria Villarruel, en una ceremonia en honor a las víctimas de la guerra de 1982 entre Gran Bretaña y Argentina en las Islas Malvinas . (REUTERS/Agustin Marcarian)

El presidente de Argentina, Javier Milei, y la vicepresidenta, Victoria Villarruel, en una ceremonia en honor a las víctimas de la guerra de 1982 entre Gran Bretaña y Argentina en las Islas Malvinas . (REUTERS/Agustin Marcarian)Por: REUTERS

Hace apenas 48 horas que la Cámara de Senadores se triplicó el sueldo con el silencio y la presencia del bloque libertario en el recinto. El Presidente se apuró en tuitearlo como un escándalo. Ya se sabe que uno de sus senadores había firmado el proyecto de resolución (y después se arrepintió), que ningún senador de La Libertad Avanza se horrorizó, que nadie se tomó el trabajo de contar cuántos habían levantado la mano y que si quedaba alguna duda, la saldó la Vicepresidenta cuando otra vez contradijo a Javier Milei -que denunció a la oposición por el aumentazo- aclarando que todos habían estado de acuerdo en tratarlo.

¿Alguien le había avisado al Presidente? “No. No sabíamos”, juran en el primer piso de la Casa Rosada, la zona donde el minúsculo entorno del poder administra todos los conflictos. Es jueves al anochecer y se nota el agotamiento. A esta hora, más que el aumento, el asunto es la sobreexposición de ese vínculo aceitoso entre el Presidente y su Vice. Sobre todo cuando ella muestra en público la fatiga que le produce el ataque de los trolls oficialistas. Fuego amigo cruzado.

Leé también: Los WhatsApps de Milei sobre la interna de LLA, el perdón a la CGT y las paranoias detrás del caso Lijo

La estrategia de la Rosada de encapsular la libertad de expresión que ostenta Villarruel, ignorar su posición autónoma para no alimentar su figura, parece no terminar bien nunca. Por momentos, es una escena que se llena de ironía. Un dirigente libertario escuchó al Presidente nombrarla como “bicha cruel” (en lugar de Villarruel). Se ríe Milei cuando lo dice porque sabe que a ninguno de los dos les servirá romper. ¿Ella tampoco le avisó sobre la crisis del autoaumento? El jefe de bloque del oficialismo, Ezequiel Atauche, aseguró a TN que se lo adelantaron a través de un ministro. ¿A quién creerle?

Polémico aumento de dietas en el Senado (AP Foto/Natacha Pisarenko)

Polémico aumento de dietas en el Senado (AP Foto/Natacha Pisarenko)

“Subamos sin superar lo que gana Adorni”, sugirió irónicamente un senador opositor ayer en la previa a la sesión cuando tomaron la decisión final del mecanismo que iban a utilizar para aumentarse el sueldo hasta llegar a los 7 millones de pesos brutos. No le faltó verdad: en mano, son 4.5 millones de pesos, una cifra similar a la del vocero presidencial, Manuel Adorni, que esta semana escaló su rango a Secretario de Estado y por lo tanto, mejoró naturalmente sus ingresos.

El Gobierno empieza a entrar en la trampa de la gestualidad. Diputados y Senadores no quedaron calmos después de que les retrotrajeran los aumentos. La prueba se vio ayer. Algunos aseguran que no les alcanza para pagar las cuentas de su vida cotidiana. Algo similar pasa en muchos cargos del Ejecutivo. Muchísima demanda salarial contenida. O casi.

No es exactamente lo mismo pero en YPF -con mayoría estatal-, tampoco sintieron que ganan sueldos competitivos. La compañía tiene en su directorio al jefe de Gabinete, Nicolás Posse y a su número dos, José Rolandi. Ellos eligieron ese salario en lugar del que les corresponde por el cargo público. Es razonable. Son sueldos de escala privada de empresa de primera línea. Sin embargo, en el acta de la reunión de directorio del 5 de abril, que es pública y está subida a la web, consta que, amparados en el informe de una consultora que les habría relevado los salarios de mercado de compañías de ese tamaño, solicitan a la asamblea de accionistas que apruebe esta próxima semana subir el presupuesto de honorarios de 2 billones a 10 billones de pesos. Un desconocimiento de la licuadora.

El mecanismo

Hace 48 horas internaron a Marcela Pagano, la diputada libertaria que asumió la comisión de juicio político en la Cámara de Diputados. Mientras leés esta columna, continúa en observaciones. La razón que su entorno explica para esta crisis de salud es una presión política desmesurada de su propio jefe, el presidente de la Cámara, Martín Menem y de su propio entorno, la compañera de bancada, Lilia Lemoine.

La diputada Marcela Pagano (Foto: Instagram/marcelampagano)

La diputada Marcela Pagano (Foto: Instagram/marcelampagano)

Alrededor de Pagano hablan de espionaje y extorsión de orígenes oscuros en el menú de opciones que le sirvieron para mostrarle el camino a seguir: ella ofreció reunir a la comisión y renunciar a presidirla. La respuesta fue que no. Debía negar la constitución de ese órgano que se produjo el jueves pasado con la firma del resto de los diputados, tres de ellos expresidentes de la Cámara como Emilio Monzó, Cecilia Moreau y Leopoldo Moreau.

Es una comisión que nunca trabaja demasiado salvo en casos de altísima crisis política como podría ser juzgar a un Presidente. Esta era una crisis destinada a ser minúscula. Una desprolijidad. Posiblemente un papelón pero hasta el momento, sólo escala y nadie asegura una salida elegante.

Sale o sale

La semana que viene debería ser decisoria para la aprobación de la media sanción de la ley de Bases y el paquete fiscal.

Mientras el Senado se aumentaba el sueldo, en la Rosada pasaron el día puliendo acuerdos con los dialoguistas, agobiados por cómo, en la política, el que se cansa, pierde. Pero todos los bloques suponen que habrá una aprobación en Diputados.

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Guillermo Francos ya está dedicado al poroteo en el Senado. El Gobernador Julio Zamora, de Santiago del Estero, portador siempre de una llave maestra para destrabar problemas en la Cámara Alta (aún con esta composición actual), viajó esta semana a Buenos Aires. Vio al Ministro del Interior, también se encontró con Sergio Massa y otros dirigentes peronistas.

Se muestra todavía mucho más indeciso de lo que el Gobierno quiere escuchar. “No tenemos el número todavía en el Senado “, reconoce un funcionario con responsabilidad directa en esa operación.

Por Lijo, a todo o nada

Mucho más confiados se sienten con los candidatos a la Corte Suprema que el recinto tiene que aprobar con mayoría especial si aceptan las designaciones. Esta semana formalizaron el envío de los pliegos de Ariel Lijo y Manuel García Mansilla.

El juez federal Ariel Lijo es uno de los elegidos por el Gobierno para integrar la Corte Suprema (Foto: Gentileza Infobae).

El juez federal Ariel Lijo es uno de los elegidos por el Gobierno para integrar la Corte Suprema (Foto: Gentileza Infobae).

Alrededor de Lijo militan las adhesiones que necesitan a pesar de las polémicas que se fueron generando. “Está sobrado, lo llaman todos para apoyarlo”, dice con una sonrisa uno de sus mentores y parece ironía pero jura realidad. Fotocopias y fotocopias de un formulario que reparten como un volante en la calle para que llenen y firmen.

Un dirigente peronista que sigue con mucha rigurosidad e interés el conteo de los senadores que podrían apoyarlo, lo da como un hecho. Sale o sale. Ricardo Lorenzetti, su mentor para la Corte Suprema, tiene su celular explotado de curriculums vitae de jueces. Se convirtió en una especie de gerente de Recursos Humanos con acceso directo al Presidente de la Nación. Y se sabe que sobran las vacantes sin resolver en el Poder Judicial.

Esta semana se confirmó un dato que adelantamos en el newsletter anterior. El trío que es mayoría en el Máximo Tribunal -Rosatti, Rosenkrantz y Maqueda- no combatiría el DNU. Así sucedió con un fallo firmado el martes. Pero nada cambia el estado de los conflictos. Hay una historia mucho más profunda para contar que seguiremos la semana que viene. El proceso de designación apenas empezó.

La interna Petovello-Caputo por las universidades

Sucedió desde el Gobierno una embestida frontal contra las universidades públicas. Es un conflicto iniciado en enero cuando decidieron ahogarlas presupuestariamente mientras conversaban volúmenes de gastos. Era un mensaje contradictorio porque sostenían en reuniones privadas que no querían a los estudiantes en la calle.

Sin embargo, escaló el ahogamiento y avanzó hasta un nivel peligroso para el termómetro social de un Gobierno que se apalanca en la juventud. ¿Cuál sería la casta de los estudiantes? Ayer se forzó la búsqueda urgente de una salida. ¿Por qué no antes? Hay ahí un ruido entre Santiago Caputo y Sandra Petovello por la eficacia en la prevención de conflictos. Como si la gestión fuese un colador que derrama agua pero no alcanzaran las manos para contenerla. O eso piensa Macri.

“No hay manera de que nosotros deseemos tener 80 mil pibes en la calle con el riesgo de que alguno ligue un palazo en un operativo”, decían ayer en el primer piso de la Rosada. Esta frase resume la frenada del Gobierno con la crisis por la educación pública. ¿Lo hicieron a tiempo? El martes sucederá de todos modos la movilización. No hay dudas de que será masiva. El miércoles está convocado el Consejo Interuniversitario Nacional para llegar a un acuerdo. El Gobierno quiere llevarse un compromiso de arancelar a los extranjeros. Los rectores quieren pagar la luz. Todo puede pasar.

Bonus track: siete minutos de conversación Kicillof, Larroque, CFK y la interna peronista

El lunes a la noche, Axel Kicillof cenó con Sergio Massa en el quincho vidriado de la Gobernación. Una cena de tres horas que repiten una vez por mes y que esta vuelta contenía un poco más picardía política por la interna generada a partir de una declaración de Andrés “el Cuervo” Larroque, exintegrante fundacional de La Cámpora y actual ministro de Desarrollo Social de PBA.

Andrés Larroque. ministro de Desarrollo Social bonaerense.

Andrés Larroque. ministro de Desarrollo Social bonaerense.

Leé también: El dilema de Milei para terminar el ajuste y la nueva obsesión de Caputo

Resulta que Larroque dijo: “¿Qué es la conducción de Cristina: que tres ñatos te manden un WhatsApp?”, reprochó. Y amplió: “Yo no quiero esa conducción de Cristina, quiero la conducción con movimiento popular, cuadros auxiliares de conducción, mesas de discusión, con debate, con programa, con método y movilización”.

Entre bocados, el Gobernador supo decir que la expresidenta llamó a Larroque y mantuvieron una conversación que duró exactamente siete minutos. No es necesaria una transcripción para imaginar el tono. Pero el mensaje quedó claro.

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