El presidente aterrizará este martes tras pasar por Israel, Italia y el Vaticano. La reconciliación con el papa Francisco y su nueva aproximación al judaísmo delinearon un viaje marcado por la espiritualidad.
Javier Milei aterrizará este martes en el aeropuerto internacional de Ezeiza recargado con nuevas energías. El presidente regresa a la Argentina tras un viaje por Israel, Italia y el Vaticano que alternó gestos fuertemente políticos con un elevado grado de espiritualidad.
Su reconciliación con el papa Francisco y el respaldo sin condiciones a Israel en la guerra de Gaza, con la reafirmación de su promesa de trasladar la embajada argentina de Tel Aviv a Jerusalén, se intercalaron con gestos emocionales y religiosos.
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De hecho, esta fue su primera gran gira internacional. La visita a Davos, a mediados de enero, fue teóricamente un viaje puntual para participar del tradicional encuentro empresarial en esa ciudad suiza. Esta vez eligió cuidadosamente qué puntos tocar.
El itinerario no fue casual. En Israel profundizó su aproximación al judaísmo y reafirmó la posición de su gobierno en el conflicto de Medio Oriente, alineada detrás de Washington y el Estado judío. En el Vaticano, el punto más difícil del viaje, se reconcilió con el líder de la Iglesia Católica tras sus insultos y descalificaciones en campaña y empujó al papa a cumplir su postergado viaje a la Argentina en el segundo semestre del año.
En un lado y el otro, Milei se movió con gestos que combinaron ambos mundos. Practicó rituales de la religión judía en Jerusalén y se hizo la señal de la cruz en la Basílica de San Pedro. Condenó a Hamas al lado de un Benjamin Netanyahu, que camina por la cuerda floja por los fuertes cuestionamientos internos por la guerra de Gaza y habló de políticas sociales y las consecuencias del ajuste con Jorge Bergoglio.
La etapa en Roma para reunirse con la jefa de gobierno italiano, Giorgia Meloni, y el presidente, Sergio Mattarella, sirvieron para sellar un compromiso ideológico con un gobierno afín y un país estrechamente vinculado con la Argentina. Misticismo, espiritualidad y política fue el combo central de una gira distinta, fuera de los cánones tradicionales de la geopolítica internacional.
Qué se trae Javier Milei de su gira internacional por Israel, Italia y el Vaticano
La gira coincidió con siete días de enorme ebullición política y social en la Argentina. Mientras en el Congreso naufragaba la Ley Ómnibus después de jornadas de protestas, tensión y represión policial, Milei desataba su furia en Twitter y repartía palos y vientos de revancha contra los gobernadores “traidores” que a su juicio voltearon su megaplan.
En Israel, Milei siguió su gira sin cambiar absolutamente nada de su agenda. Sus adversarios en la Argentina lo acusaron por debajo de sobreactuar su acercamiento al judaísmo y su alineamiento geopolítico detrás de Israel y Estados Unidos, pero el presidente rezó, bailó y hasta fue llevado en andas en el Muro de los Lamentos en el cierre de su visita a ese país.
De su viaje, Milei “trae misticismo”. “Es el combustible que necesita, tanto él como sus seguidores, para cruzar el desierto del ajuste”, afirmó a TN el analista político Andrés Malamud.
Pero además de Israel se trajo el fuerte respaldo de la comunidad judía argentina y un acercamiento más profundo al judaísmo, aunque la foto-símbolo de la gira no fue su sentido llanto en el Muro de los Lamentos, sino su abrazo con Jorge Bergoglio.
En la Casa Rosada están exultantes con el rédito político de esa reconciliación con Francisco, más allá de las evidentes posturas opuestas en cuestiones políticas, sociales y hasta ambientales. Tras el encuentro, están convencidos de que el pontífice cumplirá su deseo de visitar el país en el segundo semestre del año, algo que no hizo ni en el último tramo del gobierno de Cristina Kirchher ni durante las gestiones de Mauricio Macri y Alberto Fernández. Creen que Milei logrará ese “milagro”.
El cambio en la relación es rotundo. De ser “el representante del maligno en la Tierra” o tener afinidad “con comunistas asesinos”, el papa ahora es “el argentino más importante de la historia”. ”Reconsideré algunas posiciones”, afirmó Milei desde Roma.
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Ahora, con un nutrido álbum de fotos bajo el brazo de alto significado espiritual, Milei vuelve a Buenos Aires renovado. Quienes lo conocen afirman que necesitaba recargar energía para lo que viene. Y lo que se viene será una profundización del ajuste.
La pregunta es inevitable: ¿Se verá un nuevo Milei tras esta gira espiritual? Será difícil de creer a juzgar por sus tuits, sus reposteos y sus innumerables “me gusta” a comentarios de sus seguidores contra sus adversarios políticos que identifica con la “casta”.
No habrá “ningún cambio, solo más nafta”, resumió Malamud.