El funcionario consideró que los incidentes no fueron «casualidad» y que hay «una vocación de generar una suerte de conflicto».
Luego de los saqueos y detenidos en la provincia de Buenos Aires, el ministro de Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández, tomó distancia de las declaraciones de la portavoz presidencial Gabriela Cerruti, quien había acusado al candidato presidencial Javier Milei de fogonear los incidentes de este martes.
Un día después de la tensión en el conurbano y otros puntos de país, el funcionario consideró que los saqueos no fueron «una casualidad» y que hay «una vocación de generar una suerte de conflicto». Sin embargo, no apuntó contra ningún actor político: «No uso nombres».
«No tenemos datos fidedignos que nos digan decir ‘fulano o mengano son los responsables’. Si otra persona del Gobierno lo dijo sabrá por qué lo hace. Si otra persona vio gestos de la política o algún candidato, que lo diga y lo presente ante la justicia, pero no soy yo. Si lo tuviera, lo haría», manifestó este miércoles, en diálogo con la prensa.
Las palabras de Aníbal Fernández refieren a las acusaciones de Cerruti sobre «una operación armada por la gente de Javier Milei con el objetivo generar desestabilización». En ese sentido, puntualizó que fueron dirigentes y militantes de La Libertad Avanza quienes difundieron imágenes y rumores de saqueos en las redes sociales.
Al ser consultado sobre si se trata de una movida postelectoral, el ministro de Seguridad consideró: «Alguien está buscando cosas que le den ventajas por algo o establecer una situación enojosa con una parte de la sociedad aprovechando que todavía hay cosas que no pudimos resolver como el caso de la inflación».
En ese sentido, volvió a señalar que los incidentes «no fueron espontáneos ni un tema social ni de hambre ni cosa que se parezca».
«No es un tema como el que desgraciadamente alguna vez vivimos porque las necesidades obligaban a algunos a tomar decisiones que a lo mejor no querían pero los llevaba la desesperación», agregó en relación a los disturbios de 1989 y 2001. Y continuó: «Hace unos cuántos dias que nosotros venimos avistando este tipo de acciones y nos obliga a trabajar profesionalmente con mucho cuidado sin hacer demasiado ruido para prestar atención en lo que ha sucedido».
En relación a los pasos a seguir, Aníbal Fernández dijo que este miércoles lanzarán «un comando mucho más profundo con las cuatro fuerzas para entrar a todos los distritos posibles para evitar» que se repitan los saqueos.
«Hoy vamos tener una reunión para trabajar con los jefes de las fuerzas a través de un comando específico en todo el conurbano para que se pueda actuar. En los otros lugares trabajan las fuerzas provinciales, pero vamos a invitar a la Policía de la Ciudad y de las provincias a medida que podamos colaborar», detalló.
Por último, el ministro también se refirió a la situación de algunos comerciantes que decidieron cerrar sus locales por miedo. «Si alguien temió y cerró las persianas a lo mejor ante la presencia de estos personajes que quieran sacar ventaja sabe Dios por qué, no es malo que se hayan resguardado mientras resolvemos el problema todos juntos».
Después de los rumores y de los saqueos y robos en Mendoza y Córdoba, la psicosis se propagó por el conurbano y produjo un efecto contagio que primero provocó el cierre de persianas en centros comerciales y después robos en supermercados de José C. Paz, Moreno, Tigre, Escobar y Merlo.
Pasadas las 21, Sergio Berni confirmó que había 56 detenidos. Además, habló de episodios «coordinados» que ameritan «una calificación de robo en poblado en banda», con «una pena de no menos de 15 años», y denunció una campaña en redes sociales incitando al saqueo.